El escenario mítico de la natación balear es la piscina de s´Aigo Dolça. Lo que hoy es un espacio degradado entre la calle del mismo nombre, el edificio Fénix y el Hotel Victoria fue el escenario de los años heroicos de este deporte. El Club Natación Palma nació en 1939, apenas terminada la Guerra Civil. Tomó impulso de inmediato y a los pocos meses de su creación ya contaba con una campeona de España: Carmen Guardia. A principios de 1940 se presentó el proyecto para construir una piscina propia. El presidente, Rafael Recio, aseguró que sería "cubierta de 33 x 33, o sea, de las medidas reglamentarias". Al final tenía 33 x 13 metros. Aquella primera pileta nunca estuvo a resguardo de las condiciones meteorológicas, pero se levantó en un lugar privilegiado, junto al mar.

S´Aigo Dolça era una pequeña playa próxima al hotel Victoria, que al principio era una sucursal del Gran Hotel. Debía su nombre a que allí mismo afloraban varias fuentes de agua dulce. Alguna de ellas sirvió para llenar la nueva piscina, lo que hacía que el agua estuviera fría, incluso en pleno verano. La playa y las fuentes desaparecieron con la creación del Passeig Marítim.

La primera piedra se colocó el 20 de octubre de 1940, con Carmen Guardia como madrina y con la bendición del párroco de El Terreno. Menos de un año después, el 5 de julio de 1941 fue inaugurada oficialmente y un mes después, Carmen Guardia revalidó su título en los 200 braza del Campeonato de España, que se celebró en la nueva instalación deportiva.

En 1944, el Club Natación Palma se quedó sin competencia. El Club Regatas cerró su sección de este deporte. Pero las dificultades también llegaron para el recién nacido. Las instalaciones de s´Aigo Dolça se quedaron obsoletas. En 1960 se compraron unos terrenos en la finca de Son Hug y se construyeron unas nuevas piscinas que fueron inauguradas en 1971. Comienza entonces una época dorada con hasta 3.500 asociados. Pero los problemas económicos se cebaron en la institución, que en 1986 abandonó Son Hug. Las piscinas quedaron abandonadas, como las de s´Aigo Dolça, hasta que las adquirió el Ayuntamiento.