Las islas son el único lugar del Estado en el que las carreras de caballos al trote cuentan con miles de seguidores y aficionados que compran un trotón para entrenarlo, inscribirlo en las carreras y apostar por él con una fe tan ciega como la del carbonero. El primer hipódromo digno de este nombre que hubo en Palma estaba en Son Macià, entre sa Indioteria y el Pont d´Inca. Se construyó gracias al impulso de Bartomeu Barceló i Mir, un fabricante de mantas que en 1903 destinó una parte de los terrenos de una finca de su propiedad a levantar un recinto hípico. La inauguración fue el 17 de agosto, solo una semana después de que abriera sus puertas el velódromo de Tirador.

La longitud de la pista era de algo menos de un kilómetro. La tribuna fue diseñada por el arquitecto Gaspar Bennàssar, que unos días antes de la inauguración giró una visita para comprobar la "solidez y condiciones que reúne para la debida seguridad de corredores y espectadores", según una crónica de La Almudaina. Las instalaciones tenían unas 2.000 localidades, pero todas las previsiones se vieron desbordadas el día del estreno. "Nadie recuerda haber visto tanta gente como circuló ayer por nuestra ciudad. A momentos se hacía imposible el tránsito, tanta era la concurrencia abigarrada". El premio para el ganador de la primera carrera: 50 pesetas, 30 céntimos de euro para quienes ya no se manejan con la antigua moneda.

El hipódromo acogió sesiones de carreras internacionales con la participación de conductores franceses y argelinos, Francia es el paraíso del trote y Argelia era entonces una de sus colonias. El 28 de junio de 1910 acogió el primer vuelo de un avión, pilotado por Julien Mamet, en la isla. La decadencia del hipódromo llegó en 1915. Europa se desangraba en la Gran Guerra y, aunque comenzaron a utilizarse artefactos de creación humana, el caballo seguía siendo un elemento clave en los combates. Los equinos abandonaron la batalla pacífica de las carreras y también vertieron su tributo de sangre. El de Son Macià dio paso a otros tres hipódromos en Palma, pero esa es historia para otra entrega.