­Decir que por la Bahía de Palma desfilan algunos de los más grandes, modernos y sofisticados yates del mundo no es nada nuevo y esto no es solo aplicable a las grandes embarcaciones a motor, sino también a las que utilizan como medio de propulsión principal las velas. Como muestra, durante este fin de semana se han podido observar en el puerto a algunos de los más grandes y revolucionarios veleros privados de los mares.

En Palma se encuentran o han pasado este fin de semana algunas auténticas joyas, como el Maltese Falcon, un revolucionario velero construido en Turquía en el año 2006 y que con sus 88 metros de eslora ocupa el tercer lugar mundial en la lista de los veleros privados más grandes. Sus tres palos de 58 metros son capaces de girar y portar 15 velas que son almacenadas en el interior de éstos. Esta nave fondeó en la bahía y después atracó brevemente, partiendo posteriormente. También atracados están o han estado el Aglaia, construido en Holanda, y que con sus 66 metros ocupa el noveno en la lista de los más grandes, con un mástil de 83 metros de altura; también el Felicità West, de 64 metros, construido totalmente en aluminio en el 2003 en Italia y treceavo del mundo, o el Kokomo, de 58 metros, construido en el 2010 en Nueva Zelanda, veintidosavo en la lista.

En la zona de reparaciones del Port Vell se encuentra el Vértigo, de 67 metros, construido en 2011, también en Nueva Zelanda y que ocupa el séptimo lugar en la lista de los más grandes. Esto significa que, entre los 22 yates privados a vela más grandes del mundo, este fin de semana se han podido ver cinco en nuestras aguas.

Como contrapartida a todas estas modernísimas y en algunos casos revolucionarias embarcaciones dotadas de las últimas innovaciones tecnológicas, encontramos atracado en Astilleros Mallorca, al Shenandoah of Sark, un velero clásico de tres palos, una auténtica joya construida en los Estados Unidos que data de nada más y nada menos que 1902 y que se ha podido ver navegando durante todo el verano por las aguas del mar balear.