­Palma se engalana cada año para recibir a los turistas vistiéndose con toques de color. Las begonias y las petunias son las flores que durante este verano se pueden ver en la mayoría de los parterres de Palma.

El ayuntamiento ha invertido 177.000 euros durante este año para colorear las calles y las rotondas del municipio. Con ese dinero, habrá 2.300 metros cuadrados de flores de temporada durante todo el año.

El consistorio las planta solo en los parterres que considera de máxima visibilidad y escoge las variedades en función del precio, de su resistencia al clima mediterráneo, y del agua y el mantenimiento que necesitan para sobrevivir.

Por eso las begonias son una especie omnipresente, en sus diferentes variedades. En los laterales de la plaza de la Reina las hay de color rojo intenso, en la plaza del Obelisco son rosa, en la calle de Andreu Torrens son blancas, y en la plaza de los Patins son multicolor.

Las petunias son la segunda opción preferida. La gran mayoría son una mezcla de flores rosas y blancas muy tupidas, que se pueden ver en la plaza de las Tortugues, en la mediana de la Costa del Gas o en la avenida de Joan March, delante del cine Augusta.

Además, hay algunas zonas de la ciudad que tienen plantas exclusivas. Por ejemplo, en las escalinatas de la Seu y en zonas del Born hay enredaderas que reciben un trato especial. Y, como curiosidad, en los jardines del Obispado hay Dianthus diabunda, una especie cuyo nombre significa, etimológicamente, flor de los dioses.

Aparte de las flores de temporada, hay otras plantas que florecen durante estos meses y también embellecen la ciudad, como las rosaledas de sa Feixina y el parque de la Mar y las bauhinias del parque de sa Riera.

Menos reposiciones

Aunque estaba previsto reducir la cantidad de flores sembradas en un 30%, la empresa concesionaria del servicio de Parques y Jardines asumió el gasto adicional para mantener los mismos 2.300 metros cuadrados de superficie florida.

No obstante, el ayuntamiento paga ese 30% como si fueran simples plantas tapizantes, también conocidas como plantas rastreras. Los precios varían considerablemente para las arcas públicas: mientras que el metro cuadrado de flores le cuesta 77 euros a Cort, la misma superficie de plantas rastreras la paga a 2,2 euros.

Aunque se ha mantenido el espacio dedicado a flores y se ha reducido el precio de conservación, ha disminuido el número de reposiciones. Hasta 2011, las flores se cambiaban cuatro veces cada año para adaptarlas a la temporada. Desde entonces, solo se cambian tres veces.

La empresa concesionaria también aporta de forma gratuita para el ayuntamiento ponsetias para las navidades y hortensias para el Día de la Madre.