Este mes de marzo se cumplen 75 años de los bombardeos sobre Barcelona efectuados durante la Guerra Civil. Fueron acciones bélicas planificadas y ejecutadas contra la población civil, y que causaron centenares de muertos. Los bombardeos fueron efectuados por la aviación de Mussolini con base en las islas. Y de ellos apenas quedan recuerdos en la actualidad. El primero, el panteón dedicado a los marinos y aviadores italianos en el cementerio. Fue diseñado y realizado en Italia, bajo la dirección del arquitecto Ugo Geunari. Y sirve de mausoleo para 66 militares italianos que fallecieron en Mallorca durante los años de la guerra civil. Los mismos en los que tuvieron lugar esas acciones de guerra. Es un monumento que llama la atención y destaca por su escenografía típicamente mussoliniana. Existe otro testimonio mucho más desconocido. Bien oculto de las miradas de todos. Los proyectiles que cayeron sobre Barcelona fueron almacenados en el depósito de armamento de las cuevas de Bellver. Esas antiguas canteras serían modificadas sustancialmente para ese nuevo uso. Se amplió su altura, se electrificaron y pavimentaron. Levantándose entonces la separación entre las llamadas "cuevas de arriba" y "las de abajo". Estas últimas, sin tanta modificación, se emplearon como depósito de combustible.

No muy lejos de la entrada principal, se habilitaron unas plataformas para depositar las bombas. Todavía se contemplan restos de las estructuras de madera sobre las que se colocaban. Y también perviven las señales pintadas, con sus correspondientes numeraciones y el nombre de "hangar". Produce un cierto vértigo histórico contemplar estos rincones hoy vacíos. Hasta hace unos años, aquí se apelotonaban los objetos embargados en causas judiciales. Y quedaban disimulados. Pero hoy, sólo las sombras y los vacíos recuerdan que sobre esas maderas se depositaron artefactos de muerte. Los mismos que saldrían de allí para causar la destrucción y la desgracia.