Es David contra Goliat. Hacer prevalecer el valor paisajístico y medioambiental de la zona rural de Establiments o los intereses económicos de una compañía privada. La asociación vecinal plantea de este modo la decisión que debe adoptar la Comisión Balear de Medio Ambiente sobre el trazado idóneo del gasoducto. Los representantes vecinales del pueblo palmesano entregaron esta semana al director de dicha comisión, José Carlos Caballero, las firmas que están recogiendo a través de las redes sociales y que, unidas a las presenciales, suman casi 1.700 personas. Le piden que valore "con criterios medioambientales el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa" que instalará el gasoducto.

El proyecto defendido por la compañía Endesa Gas transcurre por la zona rural de Establiments y por dos áreas situadas entre este pueblo de Ciutat y Esporles que están protegidas. Son el ANEI (Área Natural de Especial Interés) del Avenc d´en Corbera y el Área de Alto Nivel de Protección (AANP) de Ses Rotgetes y Can Maiol, donde no está permitido construir infraestructuras, según la legislación.

La declaración del gasoducto (42 kilómetros desde Son Reus hasta Andratx) como inversión de interés autonómico podría permitirles evitar la normativa, aunque la asociación de vecinos ha logrado retrasar la aprobación del actual trazado durante dos años debido a las alegaciones presentadas, que han obligado a la Comisión de Medio Ambiente a pedir a Endesa que presente dos proyectos alternativos y el citado Estudio Ambiental.

Más fácil y barato

Los dos trazados alternativos son similares al propuesto por los técnicos de la entidad vecinal (ingenieros y arquitectos), que defienden que el gasoducto sea soterrado junto a la carretera de Valldemossa y prosiga de forma paralela a la autovía de Ponent en sentido Andratx. De este modo, ocuparía 12 kilómetros lineales, mientras que con el proyecto que defiende Endesa se incrementa hasta 17,3 kilómetros. De las tres propuestas, la compañía quiere la más larga porque transcurre por la zona rural, lo que supone más facilidades para realizar las obras (no hay que trabajar en la zona urbana) y con un menor coste, "entre dos y tres millones de euros menos", según estiman los técnicos de la asociación de vecinos de Establiments.

Estudio "distorsionado"

Los expertos denuncian que el Estudio de Impacto Ambiental compara de forma distorsionada los tres proyectos presentados para que el primero obtenga una mayor puntuación. Por ejemplo, cuando se evalúa la alteración de los niveles sonoros con las obras, se puntúa muy negativamente el segundo y tercer proyecto, pero cuando valoran la afección a los espacios naturales protegidos apenas puntúan negativamente la propuesta defendida por la compañía gasística.

Como dato positivo, desde la entidad vecinal destacan que el Consell les aseguró hace un mes que no pondría inconvenientes a que el gasoducto transcurriese por el último tramo de la zona de dominio público de la carretera de Valldemossa.

Sin embargo, quienes tienen la última palabra son los técnicos de la Comisión Balear de Medio Ambiente del Govern. Deberán decidir entre David o Goliat.