Recordemos brevemente la historia de s´Escorxador. Es una obra de Gaspar Bennàssar (1869-1933) -probablemente una de las más destacadas- y el proyecto está datado en fecha 11 de julio de 1904. La estructura, muy estudiada para cumplir adecuadamente su función como matadero municipal de Palma, demuestra la inteligencia del arquitecto. Pero, además de lograr una buena funcionalidad, creó un edificio bello que logró premios en la exposición de Bellas Artes de 1906. Una vez perdida la función para la que fue construido, se intentó darle una nueva utilidad. El arquitecto Daniel Gelabert firmó el proyecto de rehabilitación, muy respetuoso con la obra original.

La reforma fue promovida por el Ayuntamiento de Palma, por la empresa pública Mercasa y por el ministerio de Obras Públicas. El objetivo era darle una nueva utilidad "cultural y comercial". Desde los años 90 ha dado un servicio más que aceptable a los vecinos del barrio como centro de actividades sociales y como edificio sanitario. Sin embargo, el objetivo comercial ha fracasado y los continuos vaivenes no han logrado consolidar una oferta diferenciada y atractiva.

Primero se optó por las tiendas pequeñas, pero fueron cerrando una detrás de otra. Funcionó una cervecería en la que se elaboraba el brebaje en unas instalaciones propias, estuvo de moda una temporada y después finiquitó. Un supermercado parece la única estaca firme en todo este proyecto. Se pensó en unos cines, los Renoir, pero también fracasaron y solo el coraje de un grupo de cinéfilos ha permitido que renacieran tomando la forma y la personalidad de los Cineciutat.

En s´Escorxador abundan los bares. Y algunos restaurantes. Pero lo que más resalta son las terrazas exteriores. Son extensiones del edificio original que desvirtúan la obra de Gaspar Bennàssar. S´Ecorxador lleva casi veinte años buscando el futuro esplendoroso que se merece. Dos décadas de altibajos en los que no ha encontrado una línea definitoria. Lo positivo es que sobrevive para seguir intentándolo.