El equipo de gobierno de Cort alega desconocer el maltrato verbal que viven las controladoras de los aparcamientos públicos de la ORA en la zona de la mezquita de Pere Garau, que ha obligado a la empresa Dornier, que gestiona este servicio municipal, a trasladar a las mujeres a otros barrios de Ciutat.

La P0licía Local niega que las calles próximas al templo sean inseguras para estas trabajadoras ya que, según explican, no han recibido ninguna denuncia formal y tampoco información de los agentes que patrullan por el barrio.

Ante tal desconocimiento los responsables de Cort aseguran que ayer se pusieron en contacto con Dornier para pedir explicaciones. La respuesta fue que tuvieron que adoptar estas medidas de reorganización de la plantilla por una petición de las propias trabajadoras.

Los aparcamientos de la ORA son un servicio público municipal que gestiona la empresa Dornier a través de una concesión administrativa por lo que el Consistorio se encarga de controlar su correcto funcionamiento.

Maltrato verbal

Desde hace varios meses solo los hombres patrullan por las vías próximas a la mezquita. Las controladoras se habían quejado del maltrato verbal recibido por una parte de los varones que acudían al centro de culto de la calle Juan Mestre. Al principio optaron por vigilar los vehículos en parejas para evitar conflictos. Sin embargo por carecer de suficiente personal para controlar todas las áreas azules de la ciudad la empresa optó por llevarlas a otros barrios en los que no se produjeran problemas.

Fuentes del comité de empresa señalan que la plantilla está compuesta por 140 trabajadores de los que unas sesenta son mujeres. Entre 40 y 45 de ellas solicitaron reducción de jornada. Esta circunstancia obligó a abandonar la opción de patrullar de dos en dos y a reajustar turnos y horarios.

Para evitar posibles agresiones que llevaran a activar el protocolo de seguridad de la empresa la opción elegida fue llevarlas a otras zonas.

En ningún momento se produjeron agresiones físicas solo de tipo verbal, según el comité de empresa. Algunos de los controladores explican que desde que se implantó la ORA en Pere Garau los problemas detectados han sido con mujeres principalmente porque parte de los hombres que acceden a la mezquita no hacían caso de sus advertencias y tampoco reconocían la potestad de las empleadas para multarles. La empresa tiene un protocolo de seguridad que se activa en casos graves. No hubo necesidad de ponerlo en marcha ya que antes las mujeres se trasladaron a otros barrios.

La comunidad musulmana de Balears asegura que en ningún momento ha solicitado al Ayuntamiento que las mujeres abandonasen las calles próximas a la mezquita y defiende el trabajo realizado por las controladoras.

En cambio reconocen que muchos de los que acuden al templo carecen de trabajo por la crisis económica y no tienen dinero para pagar las sanciones que les imponen si se pasan del tiempo reglamentario del tique. Por ese motivo quieren solicitar al Consistorio la eliminación de la zona azul de Pere Garau, que se aplicó la pasada legislatura tras la petición de los vecinos ante la carencia de plazas de estacionamiento para los residentes.

El grupo municipal socialista solicitó ayer en un comunicado que el equipo de gobierno evite discriminaciones hacia las trabajadoras de Dornier y adopte medidas para evitar estos conflictos. Los socialistas quieren que Cort garantice la seguridad de los trabajadores que vigilan las zonas azules de aparcamientos de la ORA en todos los barrios de Ciutat ya que prestan un servicio público.

Según este grupo político en el último año en Palma se ha reducido en un 50 por ciento la presencia de la policía de proximidad. Defiende la función de prevención de conflictos que realizaban estos agentes.