­El ayuntamiento de Palma ha ordenado al Real Mallorca y a los copropietarios del Lluís Sitjar a que inicien los trámites para proceder al desalojo de las personas que ocupan las instalaciones abandonadas del estadio.

El teniente de alcalde de Urbanismo, Jesús Valls, aseguró también ante el pleno que las medidas cautelares complementarias ordenadas por su departamento y notificadas al Real Mallorca en su calidad de copropietario de las instalaciones, incluyen la orden de proceder a asegurar el cerramiento del estadio con una valla más alta que impida la entrada de personas ajenas al recinto.

Por su parte, la teniente de alcalde de Bienestar Social y Participación Ciudadana, Sandra Fernández, aseguró que en las instalaciones no se ha hallado a ningún menor. En caso contrario, se habría puesto en conocimiento del Consell de Mallorca, institución competente en la materia.

Asimismo, tal como se solicitaba en una propuesta presentada por el grupo municipal socialista, se convocará a la comisión de seguimiento del Lluís Sitjar para el viernes de la semana que viene, con el fin de estudiar la situación actual y las propuestas de futuro para estas instalaciones sobre las que pesa una orden municipal de demolición por encontrarse en situación de ruina económica.

Esta orden, no obstante, ha sido paralizada por el juzgado a petición del Real Mallorca, y se está a la espera de que la justicia se pronuncie sobre el recurso interpuesto por el club de fútbol, que tiene en su poder el 33 por ciento de los títulos de propiedad del Lluís Sitjar.

La propuesta, aprobada por unanimidad por el pleno, insta también al gobierno municipal a "vigilar el cumplimiento de las medidas cautelares" dictadas sobre el estadio.

El PSOE acusó de nuevo al equipo de gobierno de "inacción" sobre esta cuestión y explicó que estos dos últimos días "han intentado evitar la vergüenza de no haber actuado dictando unas nuevas medidas cautelares".

Recordaron que el incumplimiento de estas medidas ya fue patente el 9 de febrero, fecha en la que se halló el cadáver de un joven en el interior del recinto teóricamente cerrado.