El ayuntamiento de Palma está estudiando si le compensa decir sí a una subvención de la Unión Europea de 500.000 euros con la condición de que adquiera 50 autobuses de gas natural. Dicha ayuda forma parte del proyecto Civitas, que otorga a Palma dos millones de euros para que el consistorio realice políticas de movilidad sostenible.

El concejal responsable del área, Gabriel Vallejo, explicó ayer que la adquisición de los citados autobuses "se podría realizar en un plazo máximo de cuatro años", aunque "tendría un sobrecoste respecto a otros sistemas", por lo que la Empresa Municipal de Transportes (EMT) debe analizar si "compensa" este cambio para poder tener la ayuda de la UE, que acaba de ser concedida a la capital balear junto a otras urbes europeas de Alemania, Croacia y Polonia.

Durante la pasada legislatura, el equipo de gobierno municipal se presentó a la convocatoria del proyecto Civitas, debido a que "los objetivos de movilidad que exigían se ajustaban al nuevo modelo de ciudad" impulsado por el gobierno de Aina Calvo. "Era una gran oportunidad", tal como remarcó ayer el regidor de Movilidad en aquella época, José Hila, quien espera que el actual regidor "no renuncie al dinero, y mucho menos en los tiempos que corren".

Diversas partidas

Tras una primera fase en la que la UE ha aceptado Palma como ciudad beneficiada, los técnicos del Ayuntamiento tienen que "negociar el detalle de cada una de las partidas económicas y el plazo de ejecución. Queremos saber a qué deben ser destinadas en concreto, porque les vamos a plantear una serie de cambios puntuales en función de nuestra disponibilidad económica", en palabras de Vallejo.

De todos modos, el concejal aseguró que utilizará la ayuda concedida para "elaborar con la colaboración ciudadana un plan de movilidad de Palma, comprar algunos vehículos eléctricos para la flota del consistorio, llevar a cabo varias rutas saludables por la ciudad", en las que se tiene que incluir una red de carriles-bici, y una nueva señalización para los aparcamientos públicos, según se detalla en el proyecto Civitas. Si no se cumple, la Unión Europea retirará la subvención.

Menos contaminación

La partida más importante de la ayuda corresponde a ampliar la flota de autobuses de gas natural de la EMT. Actualmente, tiene medio centenar y ello supondría duplicarlo. Con el nuevo medio de transporte público, la Unión Europea quiere reducir el nivel de ruido en el exterior (un 37% menos que los autobuses diesel) y en el interior (un 65% menos), reducir la contaminación (un 62% menos de emisiones de CO2 al año, entre otros) y eliminar el temor de los ciudadanos a otras energías de combustión que no son las habituales.

El consejo de administración de la EMT aprobó en febrero la adquisición de 90 autobuses del antiguo contrato de renting, por lo que tienen más de diez años. El coste de la operación asciende a 1,3 millones de euros, mucho menos que los 30 millones que se necesitan para una nueva flota de autobuses de gas natural. Sin embargo, los citados vehículos usados no aguantarán más de dos o tres años, según afirmaron los técnicos, por lo que el actual equipo de gobierno de Isern debe decidir esta legislatura con qué renovará la actual flota.

En el programa electoral del PP apostaban por los autobuses eléctricos, aunque nunca se han mostrado totalmente en contra de la propulsión con gas natural. Si optan por este sistema poco contaminante, recibirán la ayuda de 10.000 euros para cada uno de los 50 autobuses que la UE les obliga a adquirir si finalmente se suman al proyecto Civitas.