La actividad de la prostitución callejera puede generar problemas añadidos como el consumo de drogas o peleas entre prostitutas o clientes. Es lo que está sucediendo por ejemplo en la zona de la Porta de Sant Antoni, y en concreto, en la calle Ferreria, donde se concentra un mayor número de meretrices. El Ayuntamiento ha detectado esta situación y planea incluir el ofrecimiento de servicios sexuales de pago en la calle en la nueva ordenanza de convivencia cívica que está redactando.

El concejal de distrito Joan Pau Reus asegura que quieren garantizar el descanso de los vecinos y conseguir revitalizar la zona comercial de la Porta de Sant Antoni para lo que están recopilando las normativas que regulan los derechos cívicos. De momento, descarta crear ordenanzas que regulen la prostitución como en el caso de Calvià o Barcelona porque, tal como explica Reus, no han tenido buenos resultados.

Tampoco entra en los planes del Consistorio instalar barreras en la plaza de la Porta de Sant Antoni a partir de las doce de la noche para impedir que posibles clientes circulen con su vehículo por la zona, una medida que se aplicó en 2004 como elemento disuasorio, al igual que sucedió en un tramo de las Avenidas.

Desde el verano pasado Cort aplica dos vías de actuación en la calle Ferreria y alrededores. Por una parte ha creado una comisión técnica, formada por los departamentos municipales de Urbanismo y Servicios Sociales.

Refuerzo policial

Por otra parte, ha reforzado el control de la Policía Local. Los agentes realizaron una redada en un local y la Unidad de la Patrulla Verde, encargada de vigilar que las actividades de Palma cuentan con la licencia correspondiente, lleva a cabo dos o tres inspecciones mensuales en los locales y el bar situados en el tramo comprendido entre las calles Socors y Ferreria. La conclusión, según la Policía, es que disponen de permiso de apertura y no se ha producido un repunte de los conflictos entre residentes y meretrices. Fuentes policiales recuerdan que el refuerzo de agentes que se aplica en la Ruta Martiana de sa Gerreria, declarada como zona de intervención especial en aplicación de la ordenanza contra el botellón, sirve para la calle Ferreria.

El concejal de distrito Joan Pau Reus explica que mientras en la Platja de Palma este tipo de actuaciones han dado resultados positivos en la Porta de Sant Antoni no ha disminuido la presencia de la drogadicción. Incluso retiraron la furgoneta que repartía metadona en esta plaza. Los vecinos de la calle Ferreria señalan que la zona vive un repunte de la prostitución callejera pese a que la presencia policial es habitual en esta vía próxima a la Porta de Sant Antoni. Este aumento ha puesto en alerta a los residentes ya que desde el invierno se ha duplicado el número de meretrices. Ahora pueden concentrarse una treintena, sobre todo, por la noche. La asociación de vecinos y comerciantes de Velázquez y la Porta de Sant Antoni teme que si en un par de meses no se aplican medidas puede volverse a la situación vivida en el año 2000 cuando por las calles de sa Gerreria podían llegar a contabilizarse un número superior a las cincuenta meretrices. Los comerciantes aseguran que la Policía Local y Nacional acuden con frecuencia para vigilar aunque la zona se ha degradado. La prostitución es alegal en nuestro país, es decir, que ni está prohibida ni permitida. En algunas ciudades como Barcelona una ordenanza contempla sanciones para la prostitución callejera. Legalmente en Palma la actividad de la prostitución no existe por lo que no es posible conceder una licencia urbanística. En 2000 Cort intentó regular las condiciones para la concesión de este tipo de autorizaciones pero sin resultados.