Alrededor de 200 personas, la mitad de ellas disfrazadas o con algún complemento lúdico, se manifestaron ayer por el centro de forma festiva contra la ordenanza municipal de ocupación de la vía pública, que Cort ha tenido que retirar porque incluía artículos muy polémicos y susceptibles de ser inconstitucionales.

Antes de empezar el recorrido, los participantes que trajeron sus dispositivos de audio mp3 fueron grabando mediante ordenadores portátiles instrucciones sonoras ofrecidas por los organizadores. El llamado ´experimento mp3: teatro de guerrilla´ comenzó pasadas las 19 horas en el jardín popular de la calle Joaquín María Bover cuando los manifestantes, coordinados por el audio, se movieron en todas las direcciones, se rascaron por el cuerpo, gritaron, bailaron y, tras un momento parados, formaron filas y colocaron sus paraguas sobre el mismo hombro, como si fuesen escopetas. Iniciaron una marcha a paso marcial por la calle hasta llegar al parque de ses Estacions, precedidos por un zancudo que imitaba a Hitler y seguidos por el resto de manifestantes.

La pancarta de la manifestación tenía como lema ´Es carrer és de totes, no de l´Ajuntament´ y entre los gritos coreados destacaron "libertad" o "digamos que no a la ordenanza municipal". El ritmo de la percusión corrió a cargo del colectivo Tambors per la Pau, que encabezó la marcha, y el colorido lo pusieron los payasos.

La protesta fue organizada a través de las redes sociales por una plataforma informal ciudadana que reivindica que "las calles son públicas, es decir, de todos, y por tanto corresponde a todos, no a la administración, decidir cómo las queremos usar", según indicaron en un correo electrónico enviado masivamente para animar a la participación.