El colectivo Massa Crítica, que representa a los ciclistas, pide al Ayuntamiento que modifique el borrador de la nueva ordenanza para bicicletas y permita que sus usuarios circulen por las aceras a paso de peatón, como sucede ahora. La futura normativa, que Cort prevé aprobar en el pleno de diciembre, prohibirá el tránsito de los vehículos a pedales por aceras, plazas, parques y jardines para que los viandantes tengan la máxima protección. Por tanto, los ciclistas que lo incumplan podrán ser sancionados con una falta leve de hasta 100 euros si no provocan peligro y con una muy grave de hasta 500 si circulan de forma temeraria.

Un artículo de la ordenanza que Massa Crítica aplaude es el número 6.1, ya que permite a los ciclistas circular "por las calles y zonas destinadas a peatones únicamente los días festivos y en horario nocturno", es decir, también los días laborables de 20 a 10 horas, cuando los comercios han cerrado.

El portavoz de los ciclistas, Carles Valentí, se congratula de esta decisión, porque "hay zonas del centro, como las calles Oms, Sant Miquel, Sindicat o la plaza Major, por ejemplo, que sirven de atajo para ir de un punto a otro de Ciutat y no tiene sentido dar un rodeo. De este modo, favorecen el uso de la bicicleta".

Otro artículo de la normativa positivo es el 6.2, que indica que "cuando exista junto a la calzada algún tipo de vía ciclista, tienen que circular preferiblemente por éstas, aunque pueden utilizar la calzada siempre que no circulen a una velocidad anormalmente reducida ni entorpezcan el tránsito". Según Valentí, esta medida beneficia a los llamados ciclistas de carreras, para quienes es más rápido pedalear sobre el asfalto que por los carriles-bici.

Un tercer punto que apoyan es el que permite a las bicis ir por las Áreas de Circulación Restringida (Acire) en sentido contrario al de los vehículos a motor, debido a que la circulación es escasa y no tiene por qué haber peligro.

Temor a la calzada

Volviendo al punto polémico –la prohibición de circular por las aceras–, Massa Crítica considera que "desincentivará el uso de la bicicleta, porque tras eliminar el carril-bici de las Avenidas y no potenciar una red de carriles por la ciudad, muchos usuarios no se atreven a circular por la calzada por temor al resto de vehículos", explica Valentí.

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