El ayuntamiento de Palma recaudará el próximo año 19 millones más por la subida de impuestos municipales, tasas y precios públicos, a las que hay que añadir las tarifas de Emaya y del bus.

Diez millones procederán de los incrementos previstos por la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) entre el 6 y el 12 por ciento, el 6 por ciento del IAE, el tres por ciento de la mayoría de tasas –todas excepto la ORA que se mantiene– y los precios públicos, excepto también los de las escoletes, que tampoco variarán.

Otros cinco millones se recaudarán como consecuencia de la subida lineal del tres por ciento de las tarifas del agua potable, la recogida de basuras y el saneamiento, tal como explicó en el pleno de ayer el presidente de Emaya y teniente de alcalde de Medio Ambiente, Andreu Garau. Asimismo, la subida de las tarifas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) supondrá un incremento de los ingresos previstos para esta empresa de otros cuatro millones.

Los grupos municipales de la oposición rechazaron las subidas propuestas y lamentaron el incumplimiento del equipo de gobierno de su promesa electoral de no subir la presión fiscal.

El teniente de alcalde de Hacienda, Julio Martínez, aseguró que el incremento de impuestos y tasas supone que "si un palmesano tuviera que pagar los cuarenta tributos, la subida sería inferior al IPC". Afirmación rebatida por el ex teniente de alcalde de Hacienda y concejal socialista, Andreu Alcover, quien aseguró que la media ponderada supone un incremento de la presión fiscal del 5,5 por ciento, "casi el doble del IPC previsto que es del 3 por ciento".

Martínez justificó el incremento "para pagar las letras que nos dejó la señora Calvo", en referencia a los 27 millones que deberán amortizar a final de año y reiteró que, en realidad, el IBI ha subido para las viviendas la mitad de lo que estaba previsto en el plan de austeridad, que era del 12%. Alcover le replicó por enésima vez que el plan de austeridad al que se refiere el teniente de alcalde, si bien "es verdad que en 2010 se ha incumplido, no indica que obligatoriamente se deba subir el IBI un 12 por ciento, sino que se trata de una previsión de recaudación que se hizo en 2008, cuando se preveía que, en 2012, entraran en vigor los nuevos valores catastrales, a lo que se renunció".

Por su parte, la exalcaldesa, Aina Calvo, recriminó al alcalde, Mateo Isern que hubiera "mentido" cuando en campaña electoral afirmó que congelaría los impuestos y el hecho es que el próximo año "los ciudadanos de Palma pagarán más por recibir menos", aseguró.

El grupo municipal del PSM-IV-ExM votó también en contra de las subidas. Ninguna de las enmiendas presentadas por este grupo fue tenida en consideración.