La teniente de alcalde de la Función Pública y presidenta de la funeraria municipal, Irene San Gil, sorprendió ayer cuando afirmó que el equipo de gobierno está estudiando no realizar el tradicional homenaje a las personas que fueron asesinadas en la tapia del cementerio de Palma por los militares sublevados. Se trata de un acto instaurado por el primer Ayuntamiento democrático presidido por el exalcalde Ramón Aguiló, consistente en colocar una corona de flores en la tapia del cementerio en la que fueron fusilados, entre otros, el exalcalde Emili Darder, Alexandre Jaume, Antoni Mateu y Antoni Maria Ques. En el lugar se colocó una placa que reza: "A les víctimes de la llibertat". Hasta el momento, todos los ayuntamientos democráticos sin distinción, han mantenido el homenaje a las víctimas de la represión franquista. J. Capó palma