Los portavoces de las dos federaciones de vecinos de Palma dicen sentirse "engañados" por el equipo de gobierno de Mateo Isern por el anuncio de que Emaya subirá un 3 por ciento el próximo año las tarifas del agua potable, los residuos sólidos urbanos y el alcantarillado en relación al porcentaje de la subida de la inflación. Este incremento se suma a otros que afectan al Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que aumenta entre un 6 y un 12 por ciento y los billetes de autobús de la EMT, que serán un 23 por ciento más caros, con aumentos de entre 10 y 50 céntimos. El presidente de la Federación de vecinos, Jordi Sastre, calificó a los políticos de "falsos" porque actúan en contra de lo que han prometido durante las pasadas elecciones municipales. La portavoz de la Federación Palmesana de Entidades (FEPAE), Soledad Sarabia, afirmó que deberían estudiar otras alternativas para que pague el que más tiene y pedir responsabilidades a los gestores que administran el dinero público. Recordó que en un mes esta entidad presentará un plan de acción de ahorro y en contra del fraude para que no se toquen las prestaciones básicas.