"¿Cómo vamos a vivir así?", se preguntaba ayer una trabajadora a la espera de la llegada del autobús que, en breve, verá aumentar sus tarifas entre 10 y 50 céntimos. El anunció de Gabriel Vallejo, concejal de Movilidad, de aumentar las tarifas del transporte público es una nueva piedra en el zapato del ciudadano que ayer a todas luces le dijo a Mateo Isern que "no está bien". El alcalde que prometió no subir los impuestos en su campaña electoral y que pasados los cien días ha dado marcha atrás anunciando el aumento del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) entre un 6 y un 12 por ciento,es el mismo que dos días después avala la subida del autobús un 23 por ciento. La oposición municipal pide la cabeza del regidor de Movilidad. En un comunicado difundido conjuntamente ayer por PSIB-PSOE y PSM-IV-ExM denuncian las "mentiras" de Vallejo y el "retroceso".

A partir del próximo año, el billete normal pasará de 1.25 euros a 1.50, el del residente supondrá un incremento de un 23 por ciento, y los menores de 16 años que hasta la fecha viajaban gratis, tendrán que abonar 30 céntimos por viaje a partir del 2012. "Vamos a peor", advierte Isabel Mosqueda, una trabajadora de la limpieza con dos hijas pequeñas que será perjudicada de pleno por la nueva medida del equipo del Partido Popular en Cort.

"Para mí es la puntilla porque el billete no ha hecho más que subir y subir. Está claro que al nuevo equipo no le interesa para nada el transporte público ni un modelo de ciudad que lo favorezca", expresó el estudiante de Derecho Manuel Morey. En una línea argumental similar se quejaba otro estudiante, éste de Bachiller: "Todo lo hacen al revés. Si en un momento de crisis suben los precios que ya eran caros y disminuyen frecuencias, no sé hasta dónde van a llegar", se interrogaba Sergio Torres.

Pese a no verse perjudicados porque la tarifa a mayores normal no experimenta cambios, Ginés Vivancos y Miquel Julià, ambos jubilados, uno con 84 años y el otro con 68, se muestran reacios y muy críticos con el aumento del precio de los billetes de la EMT. "Desde luego no es el momento más oportuno porque con la crisis que tenemos, encima subir las tarifas del autobús está francamente mal".

No faltó ironía como la que mostró la administrativa Maria Àngels Martorell al señalar: "¿De algún lugar tendrá que salir el dinero que han metido en la lata de Cola-Cao?". No se muestra optimista frente a los derroteros futuros en Cort. "Todo lo que suponga subir precios es malo y creo que van a seguir haciéndolo".

Las medidas –aumento de tarifas y recorte de servicios– justificadas por Cort como fórmula para llenar las arcas municipales con 4 millones de euros al año desequilibran la ya frágil balanza de pagos de las rentas más bajas. "Muchos trabajadores no pueden permitirse otro medio de transporte que el autobús público y ahora se lo suben", disparaba con certero tiro la joven estudiante de Bachiller Dyliana Vateva.

La excepción al descontento generalizado fue la voz de Antonia Bauzà: "Las cosas están muy mal y tenemos que colaborar entre todos".