La exalcaldesa y portavoz del grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Palma, Aina Calvo, reclamó ayer al equipo de gobierno de Mateo Isern la elaboración de un plan global de austeridad con el fin de parar el goteo de recortes sociales que anuncia día sí y día no.

Si bien no desgranó las medidas concretas que, a su juicio, debe contemplar el plan, indicó que debe basarse en el mantenimiento de la congelación de los impuestos municipales y, por lo tanto, incluir la adopción de acuerdos que aumenten los ingresos a las arcas municipales sin aumentar la presión fiscal.

Entre otras, manifestó que su grupo estaría dispuesto a apoyar la venta de patrimonio municipal, una práctica que, recordó, se ha realizado en Cort en épocas de "vacas gordas" y se preguntó por qué no puede materializarse ahora con el fin de garantizar la prestación de servicios a la población más débil. También abogó por la exigencia del pago de lo adeudado al Ayuntamiento por otras administraciones, entre las que se incluyen el Govern y el Consell, así como la revisión y un mayor control de los padrones de los impuestos municipales con el fin de combatir el fraude fiscal, en la línea iniciada en el anterior mandato.

Otra medida que debe incluir a su juicio del plan de austeridad es la de renunciar al sistema de alquiler de los autobuses de la EMT, que suponen una sangría para la empresa y también para las arcas municipales, que la subvencionan anualmente con 23 millones de euros. Manifestó que el grupo socialista está dispuesto a colaborar con el equipo de gobierno y trabajar para salir de esta situación, lo que, recordó, "ya hemos estado haciendo en los últimos años, puesto que la crisis comenzó en 2008 y no el pasado mes de mayo".

Planificar para no improvisar

Insistió que el gobierno municipal debe planificar porque "un gobierno que no planifica e improvisa las medidas que adopta tiene más probabilidades de equivocarse".

En relación a la necesidad de que las administraciones, al igual que las familias, se aprieten el cinturón debido a la situación de crisis, la portavoz socialista estuvo de acuerdo con la afirmación, aunque indicó que las medidas que se están adoptando hasta ahora son como si hubieran decidido "cerrar la puerta de la casa a los miembros de la familia mayores y a los más indefensos, como los niños y jóvenes, y no se les dejara pasar al comedor".