La antigua estación de autobuses de la calle Eusebi Estada seguirá sin ser zona verde incorporada al Parc de ses Estacions, por lo que se incumple el acuerdo previsto entre el Govern y Cort cuando se aprobó el proyecto de soterramiento de las vías del tren de Inca a su paso por la ciudad y la construcción de la estación intermodal de Palma en la legislatura en la que gobernó el expresident Jaume Matas.

Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), un organismo dependiente del Govern balear, es el propietario de este solar y todavía no ha realizado su cesión al consistorio, según señalan fuentes municipales. El ayuntamiento desconoce la fecha del traspaso y mientras tanto estos terrenos continuarán siendo un aparcamiento en superficie regulado como zona azul de la ORA con una capacidad para un centenar de vehículos. Empezó siendo gratuito y ahora es de pago. Cort lo habilitó en compensación por la pérdida de plazas de estacionamiento que se perdieron en la ciudad debido a las numerosas obras que se ejecutaron dentro del Fondo Estatal de Inversión Local del denominado Plan E.

Cuando se habilitó este espacio para estacionamiento en abril de 2009 se anunció como una medida provisional hasta su unión al Parc de ses Estacions pero han pasado más de dos años y el proyecto continúa estancado.

En 2004, el Govern presentó el proyecto del corredor ferroviario soterrado y la estación intermodal, que integraba la terminal de trenes y la de autobuses. Este plan preveía la incorporación de 14.000 metros cuadrados, que formaban las antiguas estaciones de tren y de autobuses en superficie, en el Parc de ses Estacions.

Compensación

Estas nuevas infraestructuras se encuentran bajo suelo municipal por lo que Serveis Ferroviaris de Mallorca debía compensar al consistorio traspasando la antigua estación, que todavía conserva la forma y los bancos de piedra originales.

La antigua explanada de autobuses interurbanos estuvo operativa durante el tiempo que transcurrieron las obras de soterramiento de las vías ferroviarias para construir la nueva estación subterránea y su estructura no sufrió apenas cambios.

El edificio situado junto al Pont des Tren en el que se vendían los billetes de bus se mantiene para oficinas.

Residentes del Pont des Tren señalan que este lugar se ha convertido en un lugar de reunión de jóvenes que practican "microbotellones" y dejan suciedad, que después no retiran los servicios municipales de limpieza.