A las afueras de Palma se intentaron poner en marcha algunos de los pronunciamientos de Glenezer Howard a propósito del modelo de ciudad jardín. Frente al mar como respiradero natural, lejos del centro urbano, la ciudad buscaba descentralizarse. En esa zona del Levante de la ciudad, se levantó un hotel, el Ciutat Jardí. Fue el único superviviente de aquella urbanización que quebraría como consecuencia, entre otros factores, del empobrecimiento tras el final de la I Guerra Mundial. El hotel y el nombre se han quedado en la zona.

El proyecto del establecimiento hotelero fue ganado por concurso por Jaume Alenyar Ginard. Hay quien sospecha que se inspiró en un palacio de la India, pero se le asocian similitudes estéticas a la arquitectura árabe. ¡Ahí es nada!

Cuando empezaron a construirse en los terrenos de Ciudad Jardín las crónicas cuentan que los tranvías iban atestados de curiosos que querían ver cómo avanzaba la urbanización. "Bajo la dirección del joven arquitecto Carlos Garau, se imprime gran actividad a estas obras que tanto han de contribuir al hermoseamiento de aquella playa, la cual se verá pronto convertida en atrayente balneario, al estilo del continente". (La Almudaina). España se apuntó en la segunda década del siglo XX a la moda de la vieja Europa de poner las carnes a remojo en los balnearios.

Otra moda, la de tostarse al sol se impondría años después. En los 40 Magín Fullana, de Campos, compró la sociedad que acabaría cediendo a su ahijada María Fullana. Ella, junto a su marido Gabriel Martorell, un fiscal mallorquín que trabajaba en Cataluña, se hicieron cargo del hotel Ciutat Jardí en pleno estallido del boom turístico. Ahora es la hija, Gabriela, quien dirige el hotel, catalogado como edificio de interés turístico, junto a su marido Miquel Àngel Prohens. También están de aniversario porque celebran diez años al frente del establecimiento.

Atrás quedan, y aún se ven en las fotografías en blanco y negro y en algunos dibujos que cuelgan de las paredes del hotel, la piscina olímpica. "Tenían que celebrarse los campeonatos de España pero estalló la Guerra Civil. Cuando reabrimos el hotel, nos vino a ver una señora que fue campeona del equipo balear de natación", cuenta Gabriela.

En aquellos 60, sus padres auparon el hotel y la sala de fiestas con actuaciones de los grandes del momento como Los Javaloyas, La Chunga, Bonet de San Pedro... María Fullana enviudó a principios de los 70 y regentó en solitario el hotel hasta 1988, año de su cierre. El Ciutat Jardí se iría pareciendo a la mansión de La caída de los dioses. Sus últimos inquilinos antes de chapar fueron algunos de los integrantes de la movida como Peor Imposible, Loquillo, Los Secretos y otros.

Gabriela, su hermana Maria Antònia y Miquel Àngel asumieron una señora reforma y tras años "de duro trabajo" abrieron la tercera etapa del Ciudad Jardín, el hotel abierto más antiguo de Palma que aún sigue dando que hablar. Para bien, of course.