"En Sant Jordi sólo se han insonorizado las viviendas de la calle más próxima al aeropuerto. ¿Pero qué pasa con el resto de casas de esta población que padecen el ruido y no están situadas en esta vía?", se pregunta Lorenzo Salas, portavoz de los vecinos de esta zona de Palma. Es una de las situaciones contradictorias que se dan en las áreas incluidas en la huella acústica fijada en 2004 por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA).

Los ciudadanos de las áreas afectadas, que son principalmente Sant Jordi, Casa Blanca, Coll d´en Rabassa y Can Pastilla consideran que la huella acústica resulta pequeña porque las más de 1.000 viviendas que entran en el Plan de Aislamiento Acústico son insuficientes y no responden a las necesidades reales, ya que muchos otros que padecen las molestias de los aviones han quedado fuera. Por este motivo solicitan su ampliación. Normalmente las casas incluidas en el censo de insonorización están próximas a la pista norte de Son Sant Joan. "La cifra de viviendas con derecho a ser insonorizadas es muy pequeña y no tiene ninguna credibilidad pues muchas otras se quedan fuera", asegura Toni Martorell, representante de la asociación de vecinos del Coll d´en Rabassa.

Por este motivo, la entidad presentó alegaciones a la propuesta de ampliación fijada por AENA a finales de 2010 en la que se establecía incluir 1.350 casas más al millar de la huella acústica delimitada en 2004. Para la entidad vecinal, el grueso más importante de viviendas del Coll d´en Rabassa y Can Pastilla queda excluido y debería quintuplicarse la cifra planteada por el ministerio de Fomento, llegando a las 6.000 viviendas. Sin embargo, todavía no han recibido ninguna respuesta al documento presentado en marzo de este año.

De momento se han insonorizado 645 viviendas, de las que 368 se encuentran en Can Pastilla, 162 en el Coll d´en Rabassa y 84 en Sant Jordi.

Límites de decibelios

La asociación vecinal realizó mediciones durante dos años para demostrar que el nivel de ruido estaba por encima del permitido por la legislación vigente. El valor límite de emisión en el exterior, tal y como establece la regulación de la calidad acústica exterior, no puede superar los 65 decibelios y, según señalan desde esta entidad, cada despegue de un avión vulnera la normativa porque se sitúa entre los 83 y 86 decibelios.

La zona de Cala Gamba es una de las más afectadas por los ruidos, pero queda exincluida de la huella acústica. Los residentes iniciaron una campaña de recogida de firmas para solicitar la ampliación, aunque todavía no han recibido respuesta de Fomento. En esta área puede darse la situación contradictoria de que en una calle entren los números pares y los impares queden excluidos del plan de insonorización.

Pau Genestra reside en Can Pastilla y su vivienda ha quedado fuera de los límites establecidos por AENA. "Aunque los aviones pasen por encima de nuestras casas estamos excluidos", explica. La huella acústica sólo abarca una pequeña franja de chalets de unas pocas calles. Genestra denuncia que algunos días se despierta a la una de la mañana por el ruido atronador de un avión. "Los horarios nocturnos se incumplen porque en teoría a partir de las doce de la noche no pueden circular", se queja este vecino.

El incumplimiento de la limitación del tránsito nocturno es otro de los aspectos que preocupan a los vecinos. De hecho una parte de los residentes temen que una vez insonorizadas las más de mil viviendas incluidas en el plan, pasen todavía más aviones y a todas horas.

Consideran que debería elaborarse un plan de regulación de horarios como en el resto de Europa. A lo largo del verano aumenta el tráfico aéreo. En teoría a las doce de la noche debería disminuir y paralizarse, pero se incrementa, según los residentes.

El portavoz de los vecinos de Can Pastilla, Poncio Bover, es partidario de la ampliación pero asegura que mantiene reuniones periódicas con responsables de AENA para analizar los resultados de las medidas de insonorización.

Fase de tramitación

Desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea señalan que tendrán en cuenta las alegaciones presentadas por los vecinos para ra la ampliación de la huella acústica, que ahora se encuentra en la fase de tramitación. Precisan que no existe todavía una fecha fijada para presentar este nuevo documento.

Este organismo indica que los límites se establecen siguiendo unos criterios técnicos y los actuales máximos en el exterior no pueden superar los 65 decibelios de día y los 55 de noche. En un futuro se prevé rebajar estas cifras pasando a los 60 decibelios durante la mañana y 50 en horario nocturno.

Parte de los beneficiados por las medidas de insonorización, en las que Aena Aeropuertos ya ha invertido cerca de 10 millones de euros, indican que resultan insuficientes ya que en su mayoría consisten en colocar cristales más gruesos en las ventanas para evitar el paso del ruido.

Sólo entran las estancias de descanso como el dormitorio, la sala de estar y el comedor, pero quedan excluidas otras zonas como la cocina, el baño o las puertas. No se han colocado dobles paredes ni falsos techos para amortiguar el paso del ruido.

Tal como señala Lorenzo Salas, portavoz de los vecinos de Sant Jordi, sólo están incluidas las viviendas construidas antes de 2004 ya que las posteriores a esta fecha deben contar con la correspondiente insonorización.