La Federació Palmesana d´Entitats Ciutadanes (Fepae) no va a dar ni un respiro al gobierno municipal saliente ni al entrante con la problemática generada en sa Gerreria como consecuencia de la proliferación de bares que atraen a numerosas personas a la denominada Ruta Martiana, que tiene lugar cada martes.

Desde hace unos meses han detectado el repunte de la prostitución en la zona, que se centra en especial en las calles y plazas surgidas de la remodelación urbanística de una parte importante de sa Gerreria. Junto a los vecinos más directamente afectados, muchos de ellos nuevos en la zona porque han adquirido un piso en una de las promociones s´Estel Nou, constituían una plataforma para exigir soluciones. El problema se centra en especial en la calle Ferreria en al que aún conviven algunos prostíbulos en fincas antiguas que, según residentes en la zona "sólo disponen de una licencia de servicios personales, que engloba servicios como masaje y estética, por lo que han sido denunciados ante el área de Urbanismo de Cort sin haber obtenido hasta la fecha resultado alguno". Algunos de estos vecinos acudieron, a finales de 2010 al defensor de la Ciudadanía, cuyo titular, Miquel Lladó, les reconoció que desde su oficina "poco se podía hacer" para solventar el problema.

Tampoco han conseguido que prospere una denuncia contra un bar interpuesta ante Sanidad y Consumo del Ayuntamiento y del Govern, según la cual en este establecimiento "se vende droga, permiten fumar en el interior, la presencia de ratas es habitual y a veces en la puerta venden artículos que guardan en una maleta y que parecen robados", tal como se indica en la denuncia de un grupo de vecinos.

Durante el día también hay peleas y otros problemas con el añadido de que los altercados se producen a escasos metros de la plaza en la que hay una zona de juegos infantiles, creada en la calle Ferreria tras la reconstrucción de parte del barrio. Según uno de los vecinos afectados a veces las prostitutas realizan sus servicios en la propia plaza o en los portales de algunas fincas. Una situación parecida se produce con los yonquis para pincharse, por lo que, afirman, que los niños son testigos de estas prácticas.

Últimamente, además, se ha detectado que las mujeres que se habían trasladado a las Avenidas para ofrecer sus servicios, cuyas molestias el Ayuntamiento intentaba paliar prohibiendo el estacionamiento y la circulación en los carriles más próximos a la acera, se han adentrado nuevamente en las calles de sa Gerreria. Por ello los vecinos señalan que la actuación municipal en Avenidas no ha tenido éxito, pese a que ahora hay una menor afluencia de mujeres, sino que, simplemente, el problema se ha trasladado.