Los locales de ocio de la denominada Ruta Martiana provocan aglomeraciones de personas que generan niveles de ruido que multiplican por dos y hasta por cinco los máximos permitidos por la ordenanza municipal contra la contaminación acústica y vibraciones.

Los agentes que realizaron las mediciones el pasado día 2 de febrero (martes) y el 6 del mismo mes (domingo) consideran que "claramente" se produce contaminación acústica "dada la afluencia de personas que se acumulan en la vía pública en un día (martes) en el que tiene lugar la denominada ruta martiana", en relación al domingo, día en el que los locales permanecen cerrados. Los agentes también hacen hincapié en la fecha de la medición ya que se trata de "temporada de invierno" y "es de suponer que los valores se verán incrementados en temporada estival por mayor afluencia de personas".

Las mediciones se realizaron en cinco puntos distintos de la denominada Ruta Martiana entre las doce de la noche y las doce y cincuenta minutos. El nivel más bajo obtenido fue en la Plaça den Coll, con 62 decibelios. El máximo fue detectado en la Plaça Pes de sa Farina, con 75 decibelios. Entremedio se registraron 67 decibelios en la Plaça de sa Quartera, 65 en las calles Galera y Can Porquet y 67 en Llotjeta y Formatge.

La ordenanza municipal establece como nivel máximo de ruido permitido en la vía pública entre las diez de la noche y las ocho de la mañana una medición de 60 decibelios. En consecuencia, y teniendo en cuenta que se trata de una medida logarítmica, cada tres puntos por encima del nivel máximo permitido la sensación sonora que percibe el oído humano se duplica.

De esta forma, una medición de 62 decibelios casi multiplica por dos el máximo permitido, mientras que la de 75 decibelios la multiplica por cinco. Todo ello sin tener en cuenta, tal como ponen de manifiesto los agentes que hicieron las mediciónes que no se han tenido en cuenta "picos esporádicos" de hasta diez decibelios de incremento que, por sí mismos, significan que el ruido ambiente se triplica.

Las mediciones se comparan con las realizadas en los mismos puntos el día 6, domingo, también entre las doce y la una de la madrugada, dando resultados que oscilan entre los 30 y 37 decibelios, muy por debajo del máximo permitido. También se realizaron sonometrías en las zonas periféricas tanto el día 2 como el día 6 a partir de la una de la madrugada y se obtuvieron resultados parecidos a los del domingo en la zona afectada. Cuando se realizó la medición la meteorología era favorable, la velocidad del viento era inapreciable, los aparatos se colocaron entre 10 y 20 metros de las fuentes sonoras y la medición duró 120 minutos.