El puerto de Palma está en obras. Y lo estará todavía más en un mes, a partir del 20 de marzo, cuando se inicie la construcción "más importante a medio plazo" de la Autoritat Portuària, un enorme espigón en el muelle de Ponent para que puedan atracar al mismo tiempo hasta cinco cruceros de incluso 300 metros de eslora, lo que significa que la ciudad se puede llenar en un día con alrededor de 21.000 turistas sólo procedentes de estos cinco megabarcos. El 5 de agosto del año pasado se batió en el puerto el récord histórico de cruceristas, con 21.000 pasajeros, por lo que cuando finalice la construcción del espigón, situado en la zona de Peraires, el puerto podrá traer más de 40.000 turistas.

Reforma de los muelles de la Llotja y la Cuarentena

Empecemos por las obras más pequeñas. En estos momentos, las nuevas concesionarias de los muelles de la Llotja –frente al bar Pesquero– y de la Cuarentena –enfrente del parque del mismo nombre– están llevando a cabo reformas en sus instalaciones. La primera ha construido un nuevo pantalán y en unos dos meses prevé finalizar otro para albergar entre ambos más de un centenar de amarres para barcos de hasta 25 metros de eslora. La mayoría se destinará a veleros en alquiler, aunque también habrá amarres para particulares. El espejo de agua que ocupa la concesionaria Lonja Marina Charter es de unos 16.000 metros cuadrados. Los más de 17.000 metros del muelle de la Cuarentena están a cargo de Sercomisa, que tiene en obras un pantalán para 65 amarres de 12 a 45 metros de eslora. A finales de marzo terminarán las mejoras, que consisten básicamente en equipar esta marina con todo lo que necesita, desde electricidad y agua hasta un sistema wifi y de televisión por cable.

La Autoritat Portuària se construye una nueva sede

En el Moll Vell, muy cerca del muelle de la Llotja, está la sede de la Autoritat Portuària. Junto a ella hay una enorme obra en el antiguo edificio de las oficinas de la Trasmediterránea. De él sólo queda la fachada, ya que el resto fue demolido –pese a las críticas de la asociación proteccionista ARCA– para edificar la futura sede de la Autoritat Portuària por 18 millones de euros, a cargo de los arquitectos García-Ruiz. En la actualidad las obras consisten en "bajar el nivel freático, sacar el agua acumulada y construir los pilotes de refuerzo para después realizar los cimientos", tal como explicaron desde el organismo portuario. La edificación tendrá 9.000 metros cuadrados y estará destinada a aglutinar todas las oficinas y los servicios públicos del puerto, como por ejemplo el cobro de tasas y multas. Tendrá un aparcamiento subterráneo para trabajadores y la fachada de la Tras se preservará. La entidad ARCA quería mantener todo el antiguo edificio, que llevaba más de una década abandonado, y en numerosas ocasiones solicitaron su catalogación. Los amantes del mar reivindicaron además que este inmueble fuese destinado a albergar el Museo Marítimo, que todavía no existe en la isla. Según argumentaban, la vieja sede de la Tras era el lugar idóneo, por su ubicación. Sin embargo, será un edificio de oficinas cuyas obras concluirán en un año.

El Moll Vell ganará espacio para los paseantes

Las vallas metálicas que ocupan parte del Moll Vell pertenecen a las obras de las nuevas oficinas de la Autoritat Portuària, aunque después del verano empezará la mejora de la zona pública para que los paseantes que vienen del casco antiguo desde la avenida Antoni Maura puedan seguir sin trabas hasta el puerto. Uno de los objetivos es ampliar la zona para viandantes y que actualmente está ocupada por aparcamientos y edificios abandonados (como el antiguo restaurante La Lubina) u obsoletos (las oficinas náuticas colindantes). La concesionaria Amarres Deportivos invertirá más de ocho millones en 15.000 metros cuadrados, entre amarres y tierra. Las obras supondrán el derribo de los citados inmuebles para levantar otro de dos plantas con un mirador público en su azotea desde el que se podrá contemplar el puerto pesquero y deportivo. Dicho edificio estará destinado a oficinas, locales y una cafetería-restaurante, como mínimo. El espacio que queda hasta los amarres será peatonal.

El espigón de Ponent será la base de los cruceros

La prolongación del espigón de Ponent es la construcción "más importante a medio plazo" que ejecutará la Autoritat Portuària, con un coste de 28 millones. Las obras se iniciarán dentro de un mes, durarán unos dos años y permitirán el atraque al mismo tiempo de cinco grandes buques de cruceros, de hasta 300 metros de eslora, en la zona de Peraires. Desde el organismo portuario explican que la presencia de este tipo de barcos con cada vez más capacidad "hace muy necesaria la ampliación del espigón, ya que actualmente las compañías de cruceros no tienen las garantías suficientes para poder atracar en el puerto". Por ejemplo, si en una jornada coinciden cinco grandes cruceros, deben ocupar diversas zonas del puerto, por lo que es imprescindible la coordinación. Durante el tiempo que duren las obras, el tráfico de cruceros no se verá perjudicado, debido a que se trabaja en el mar instalando grandes cajones prefabricados. Este proyecto permitirá ganar una superficie de 12.600 metros cuadrados, aunque antes habrá que dragar más de 18.000 metros cúbicos. El material extraído se podrá reutilizar como relleno.

Una pasarela fija acorta el trayecto de los turistas

Las estaciones marítimas 1 y 4 han sido unidas mediante una pasarela fija, recién finalizada, que permite acortar el trayecto de los pasajeros de cruceros de una terminal a otra para realizar el embarque y el desembarque. El coste de esta intervención ha sido de un millón de euros y ha supuesto además la adquisición de dos pasarelas móviles para cada una de dichas estaciones y otra para la número 3, por lo que la inversión global asciende a 3,5 millones de euros, según indicó la Autoritat Portuària.

Amplían dos estaciones marítimas para cruceros

También finalizó recientemente la reforma de la estación para cruceros número 6, del Dique del Oeste. Con un presupuesto de 1,5 millones, se ha duplicado su capacidad. Y están en ejecución las obras de la estación marítima número 4, que ascenderán a 6,5 millones de euros. Se construirá un edificio de dos alturas anexo al existente para poder reubicar todas las instalaciones y crear una sala de espera y embarque de los pasajeros de cruceros de base, es decir, los que empiezan y acaban en Palma. También se habilitará otra zona para los equipajes y se conectará dicha estación con las pasarelas de las demás. Asimismo, se ampliará el área de facturación con más mostradores, entre otras cosas.

Restauran la batería de San Carlos, del siglo XVIII

El proyecto más vistoso que el puerto tiene en marcha, hasta que estén acabadas las obras del Moll Vell, es el de la restauración de la batería avanzada de San Carlos, una fortificación militar del siglo XVIII levantada junto al mar justo antes de llegar al Dique del Oeste. Además, es la obra de las existentes que ha supuesto un menor coste (346.000 euros) y está prácticamente acabada. La rehabilitación ha consistido en devolver a su estado original el conjunto de la batería, por lo que se ha limpiado y desbrozado, se han reconstruido los muros de las dependencias del antiguo acuartelamiento, se ha dotado la explanada de nuevo pavimento e iluminación y se ha construido la primera fase de un mirador. La batería fue construida en 1762 para proteger el antiguo puerto por el oeste, cerca de Portopí.