Las obras en la estación palmesana del tren de Sóller, iniciadas a mediados del pasado mes de diciembre, ya han concluido. Los trabajos se centraron esencialmente en la fachada del edificio y supusieron la interrupción de la comunicación ferroviaria entre Ciutat y el municipio mallorquin. El lavado de cara de este inmueble de 1907, que tiene planta rectangular y una superficie de 176 metros cuadrados, se ciñó básicamente a una limpieza profunda de la piedra de la fachada, así como a la reintegración de elementos de la misma que o bien estaban rotos o bien presentaban pérdidas o fisuras. También se restauró la marquesina del edificio, uno de sus elementos más característicos. La citada marquesina es idéntica a su hermana de Sóller. Se saneó el entablillado de madera con silicato de aluminio para después decaparlo, darle una imprimación y concluir con el pintado. En la parte superior de la construcción también se restauraron una serie de elementos cerámicos de estética modernista. El edificio es un bien catalogado y en el pasado ya había sido sometido a trabajos de restauranción.