Una veintena de vecinos de Establiments asistió ayer a una caravana reivindicativa desde su barrio hasta la plaza de Cort para entregar a la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, varias botellas de agua de litro y medio rellenadas con agua del grifo de Establiments. El objetivo era recordarle lo que ya le dijeron en el último pleno municipal: que no se olvide de que sus viviendas "carecen de conexión de agua potable y residual", como denuncian. Las botellas, que venían en cestas de Navidad, tenían etiquetas en las que se indicaba que el agua era "tóxica".

El pasado viernes, los representantes de la entidad vecinal de este pueblo palmesano se reunieron con el concejal de Hacienda de Cort y responsable de Emaya, Andreu Alcover, para exponerle su problema. Lo único que sacaron en claro es que por ahora no hay dinero para efectuar las canalizaciones, por lo que les proponen sufragar las obras con las conocidas como contribuciones especiales. Según el portavoz, Joan Mas, no están de acuerdo con dicha opción. De todos modos, el jueves les informarán del precio que deberían pagar los vecinos.