Dar un uso al edificio de Gesa significa evitar su degradación, otorgarle el valor que merece y acercarlo a la ciudadanía. La tarea es urgente y llega con retraso, pues todavía son necesarios algunos trámites para cumplir el objetivo. Sin embargo y pese al entorno en obras que sufre por los trabajos en la fachada marítima, el edificio de Josep Ferragut sigue todavía resultando el más moderno de cuantos conforman su zona más próxima, el más sobrio y el de mayor personalidad. El arquitecto mallorquín, cuyas obras se convirtieron en un referente para muchos de los profesionales que empezaron a trabajar en la isla tras la dictadura o en sus últimos años, incorporó a sus obras lenguajes y soluciones hasta entonces desconocidos en Mallorca. Lenguajes que en el caso de Gesa permiten comparar la construcción al edificio Seagram de Nueva York, a los edificios Seat y Trade de Barcelona o a los edificios del parque Lafayette de Detroit. Ferragut es uno de los grandes arquitectos del siglo XX en Mallorca. Y Gesa es una obra que aparece en todas las guías de arquitectura moderna que prestan atención a la isla. Pero quizá si su autor hubiera sido extranjero en vez de mallorquín, la luz de Gesa jamás se hubiera apagado.