Un buque venerable, el Marco Polo hizo escala en el puerto de Palma esta semana. Se trata de un crucero de formas más clásicas que la mayoría de los actuales grandes buques que visitan Palma regularmente. La embarcación es el último vestigio de una generación de buques de la antigua URSS, que visitaron la isla en muchas ocasiones en las últimas décadas del siglo XX.

La primera visita de este barco data del 4 de Abril de 1980 y lo fue con su nombre original, Alexandr Pushkin, y enarbolando bandera de la antigua Unión Soviética. El buque pertenece a una serie de cinco gemelos construidos en la antigua Alemania del Este, y si citamos el nombre de alguno de ellos, como el Ivan Franko o el Taras Shevchenko o el Shota Rustaveli, a más de uno le vendrán recuerdos de una época en que estos buques, la mayoría de las veces fletados por tour operadores occidentales, hacían continuas visitas.

El Ivan Franko tuvo el honor de ser el primer buque de pasajeros rusos que visitó Palma después de la Guerra Civil, concretamente el 18 de mayo de 1967. Su visita levantó gran expectación en la ciudad. Llegó con 684 pasajeros de nacionalidad italiana, dado que de allí era la compañía que lo había fletado. Fue el pistoletazo de salida, ya que a partir de entonces las visitas de los barcos con la hoz y el martillo en la chimenea fueron muy habituales. Ese mismo año también vino el Taras Shevchenko, y en noviembre del mismo año llegó el Baltika, que arribó con 363 pasajeros rusos.

Poco a poco, la presencia de barcos de la antigua Unión Soviética fue habitual. De hecho en los años ochenta fueron los grandes animadores del puerto, y mantuvieron el nivel de escalas en un periodo en que el sector cruceros pasó por una aguda crisis. Las cifras hablan elocuentemente de ello. En 1984, de los 42 buques que llegaron a Palma, 18 fueron rusos. Pasaron, prácticamente, los principales barcos de su importante flota, desde los cinco barcos ya citados hasta los cinco gemelos de la clase Belorussiya, cinco de la clase Dmitriy Shostakovic, ocho de la clase Mikhail Kalinin, el Maxim Gorkyi, el Leoniv Sobinov y el Fedor Shalyapin (antiguos buques de la célebre Cunard), y muchos otros, hasta alcanzar un total de 31 buques diferentes.

Con la extinción de la URSS, la flota se desperdigó. Un grupo importante de buques pasó a navegar con bandera ucraniana. Muchos de ellos fueron vendidos a diferentes navieras de todo el mundo, y otros acabaron en el desguace.

Uno de ellos, sin embargo, aún navega: el Marco Polo, el barco que llegó esta semana a la isla. Construido en 1965 como el Alexandr Pushkin, combinó inicialmente los fletes crucerísticos con líneas regulares desde Leningrado a Londres o a Montreal, aunque desde mediados de los setenta únicamente realiza cruceros. Fue el primer buque ruso en tener una discoteca a bordo. Finalmente fue vendido en 1991 a Orient Line, una subsidiaria de Norwegian Cruise Line, que le hizo una extensa reforma en Grecia, aunque conservando exteriormente su característica silueta con un importante arrufo, y poniéndole su actual nombre de Marco Polo. Así ha permanecido hasta el año 2008, en que tras su venta fue fletado, primero por Transocean y después, por Cruises & Maritimes Voyages. Actualmente está realizando un crucero desde Gran Bretaña al Mediterráneo Occidental para este operador, y en la visita de esta semana, llegó procedente de Maó y partió rumbo a Eivissa.