El Consell de Govern aprobó ayer someter a exposición pública el proyecto de Son Bordoy, en el barrio palmesano del Molinar, donde la empresa Haras Gestión de Suelos prevé construir un total de 750 viviendas, 538 de protección oficial que costarán entre 75.000 y 134.000 euros, y 212 libres. La inversión alcanzará en su conjunto los 200 millones de euros y los autores del proyecto inicial son los arquitectos Pere Rebassa, Carlos García Delgado y Antoni Forteza.

El presidente del Govern, Francesc Antich, manifestó que se trata de la iniciativa "más ambiciosa" en materia de vivienda protegida de la presente legislatura. Antich destacó que, por primera vez, un gobierno autonómico balear apuesta de manera decidida por la construcción de este tipo de viviendas, cuyos precios estarán al alcance del bolsillo de jóvenes y también de las clases medias. "Lo más importante –señaló– es que hay un Govern que está planificando una política de vivienda que es un camino absolutamente contrario al de la legislatura pasada del PP, cuando el gran debate era en qué solares del extrarradio de Palma se podía construir a unos precios "brutales y prohibitivos" para los jóvenes.

El proyecto incluye, además, una zona comercial desarrollada en planta baja más una altura, un casal de barri, un casal de joves, una zona de aparcamientos y un parque de 14.500 metros cuadrados, además de desarrollar una zona deportiva, asumir el enlace viario que desde la vía de cintura se sacará a licitación próximamente, ordenarse a través de una propuesta de eje cívico que conecta la zona con el mar y proponer también la construcción de una escuela.

Con respecto a la primera propuesta, que desarrollaba un total de 850 viviendas y fue retirada por el Govern el pasado mes de enero, el nuevo proyecto ha cambiado de forma sustancial, basándose principalmente en las conexiones viarias, las nuevas viviendas y los equipamientos. "El eje cívico que proponemos es el leit-motiv de la nueva zona, con un parque que centraliza las nuevas edificaciones y locales comerciales accesibles que forman parte de la propia estructura del barrio", explica el arquitecto Pere Rebassa

En primer lugar, se construyen cien viviendas menos, cambiando los bloques abiertos dentro del parque del proyecto anterior con manzanas cerradas con espacios interiores. En segundo lugar, se reducen las alturas. Donde antes había siete, ahora habrá planta baja más tres y planta baja más cuatro, con una densidad de 66 viviendas por hectárea, la misma que la del barrio, según señala la empresa promotora.

En tercer lugar, se ejecuta un aparcamiento al lado del campo de fútbol y se proyectan varias pistas de baloncesto y multiusos en la nueva zona deportiva.

En cuarto lugar, se da continuidad a la trama urbana del Molinar dando salida a las calles existentes y rehabilitando una antigua possessió y dos molinos catalagados.

En quinto lugar se reduce a la mitad el uso de locales de negocio para pequeñas y medianas superficies, especialmente indicado para pymes. El plan parcial anterior preveía el doble. "Se trata de una zona comercial de tipo medio, con locales que destinarán la planta baja para al negocio y la primeraa las oficinas, una zona diseñada para que se integre en la vida del barrio y que, al contrario que un recinto ferial, genera una presencia constante, no sólo unas puntas de afluencia de ciudadanos", comenta Pere Rebassa.

Con la polémica de la ubicación del recinto ferial en pleno apogeo y el informe desfavorable de Cort, el primer proyecto fue retirado por el Govern el pasado mes de enero. Y ayer aprobó un nuevo periodo de exposición con notables modificaciones, con las que los promotores confían conseguir, después de las alegaciones, el informe favorable preceptivo del Ayuntamiento de Palma, así como la aprobación del Consell de Mallorca.

La asociación ecologista Gob tachó ayer de "mentiroso" al presidente del Govern, Francesc Antich, por impulsar la construcción de 750 viviendas en Son Bordoy. Según la organización, Antich se comprometió a "no urbanizar ni un palmo más de territorio", lo cual se contradice con el proyecto, que se realiza en un área rural con usos agrícolas.