La visita a nuestro puerto de buques de guerra extranjeros no es tan habitual como antes, sin embargo, en los dos últimos días lo han hecho dos unidades. La fragata británica Lancaster, con una eslora de 133 metros, manga de 16,1 metros y que alcanza los 28 nudos, recaló el pasado martes. Entró en servicio en 1992 y su tripulación está compuesta por unas 185 personas, poseyendo capacidad para operar con un helicóptero y como armamento lleva missiles Harpoon y Sea Wolf, así como lanzadores de torpedos y un cañón de 114 mm.

Un día más tarde, llegó la fragata Nicholas de la marina americana, que el primero de abril fue noticia dado que en el Océano Indico, cerca de las islas Seychelles, tuvo un encuentro con una pequeña embarcación en el que iban tres presuntos piratas.