No hay otro servicio de emergencias que despierte una admiración similar al del Cuerpo de Bomberos. El sentimiento es aparentemente contradictorio. Nadie, salvo las personas que demandan auxilio, quiere verlos en un principio. Son sabedores de que siempre responden a cualquier desgracia. Pero cuando una persona pide socorro, ningún otro Cuerpo es más bienvenido que el de los Bomberos de Palma.

Las campanas han sido sustituidas por las sirenas. La vetusta indumentaria ha sido relevada por los trajes ignífugos y las máscaras de respiración asistida. El arrojo de los bomberos de antaño y el de los actuales sigue inalterado. Fieles al espíritu que les vio nacer allá por 1855.

Rafel Bonnín y Paco Pérez han hecho una concienzuda labor de recopilación de imágenes. Más de 150 años de apasionante historia la han logrado resumir en un libro. La selección de fotografías refleja la nunca suficientemente bien ponderada labor del Cuerpo de Bomberos de Palma durante siglo y medio de existencia.

La primera fotografía recogida en el libro se remonta al año 1858. Muestra el lamentable estado en el que quedó el Teatro Principal después del devastador incendio que lo destrozó. La última imagen es de 2009: el trágico derrumbe del edificio de la calle Rodríguez Arias, en Camp den Serralta. Siete personas fallecieron en la catástrofe.

Entre una y otra instantánea se resumen las vivencias de Palma y las evoluciones de la ciudad a través de vicisitudes cotidianas. Así, las inundaciones que azotaron el centro, en la calle Unió, se han actualizado forzosamente al compararlas con las vividas en los últimos días. Las imágenes muestran que, efectivamente, el alcantarillado ha mejorado afortunadamente mucho desde entonces.

Desastres marítimos, como el incendio del buque Ciudad de Valencia en 1975, contrastan con sus actuaciones en rescates aéreos. Uno de los mas recientes, en 2007, en Son Bonet. Aunque su labor tristemente más cotidiana pasa por liberar a las personas aprisionadas entre los hierros de sus vehículos. En estas actuaciones se aprecian los avances técnicos. El impresionante número de bomberos desplazado a un accidente hace unos pocos años contrasta con el reducido número de efectivos actual, mejor pertrechado técnicamente, que libera a un conductor de su automóvil.

El volumen también hace un repaso a la significativa evolución de los vehículos de bomberos. Los más vetustos, en los albores del siglo XX, estaban provistos de bomba de agua manual. Hasta llegar a las sofisticadas escalas mecánicas para acceder a los lugares más recónditos.

El popular calendario

No sólo se aborda el aspecto trágico en el libro. La historia de los bomberos de Palma también pasa por las anécdotas dentro del parque, las copiosas paellas y, por supuesto, el ya popular calendario benéfico de todos los años.

La presentación del calendario lleva asociado el tradicional full monty en una discoteca del Paseo Marítimo. Durante esa acalorada noche, los bomberos se despojan de su uniforme y despiertan el fervor. El resto del año, a cualquier hora del día o de la noche, se entregarán al máximo para salvar a un desconocido.