Una antigüedad de 129 años avala el tranvía de Berlín como el más antiguo de Europa. Un medio de locomoción que, lejos de perder vigencia, ha experimentado un renacimiento en los últimos años. En plena discusión sobre su posible implantación en Palma, el director del Strassenbahn de la capital alemana, Klaus Dietrich Matschke (Berlín, 1952), calcula que el tranvía podría entrar en funcionamiento en Palma en un plazo de dos años. Desde un hotel en las avenidas, con su vuelo de vuelta retrasado varios días por las cenizas del volcán islandés Eyjafjalla, Matschke vislumbra las posibilidades reales del tranvía como el remedio definitivo contra los atascos de automóviles en la capital balear.

—¿Qué ventajas representa el tranvía respecto a otros medios de transporte?

—El tranvía es el medio más respetuoso con el medio ambiente. Un tranvía tiene una capacidad para 200 ó 250 personas. Mientras que en un automóvil, la capacidad máxima es de cinco personas. Un tranvía ocupa mucho menos espacio que 100 coches con dos pasajeros y puede transportar la misma cantidad de gente. Contamina mucho menos y supone un importante ahorro de energía.

—En la otra cara de la moneda ¿qué inconvenientes puede suponer instalar un tranvía en una ciudad?

—No veo ninguna desventaja. Los tranvías modernos no tienen nada que ver con los antiguos. Ahora son confortables, rápidos, seguros, no hacen ruido. El tranvía es sin ninguna duda el medio de transporte urbano más cómodo de todos.

—En el caso de Palma ¿cree que es un medio de transporte adecuado para la ciudad?

—Creo que es una gran idea. También ha sido algo muy bueno traer una persona desde Berlín [sonríe]. Hay muchos coches, demasiados, en las avenidas. Ocasionan mucha contaminación y ruido. Es una alternativa que se necesita de verdad. Favoreceré la movilidad en general de toda la isla, no sólo de las personas que viven en Palma.

—Después de construir un carril bici, con bastantes similitudes con el de Berlín, ¿cree que cabe realmente un tranvía en las avenidas?

—Sí. Cada medio de transporte ocupará su sitio. Las bicicletas tendrán su lugar, los peatones el suyo y el tranvía su parcela. Además, el tranvía puede compartir el mismo trazado con el autobús. Los dos medios de transporte se beneficiarían de compartir este carril. Al compartir la preferencia en los semáforos, la frecuencia aumentaría. El tranvía y el autobús serían dos medios de transporte mucho más rápidos.

—¿Qué frecuencia sería razonable que tuviera un tranvía en Palma?

—Depende del día de la semana. De lunes a viernes, los días laborables, es lógico que haya que esperar unos 10 minutos entre un convoy y otro. Es un tiempo que no le supone mucho a nadie. Los días festivos y los fines de semana se puede espaciar mucho más la frecuencia.

—En definitiva, la implantación del tranvía en Palma ¿supondría apartar por completo el coche del centro de la ciudad?

—En los últimos 20 años, los coches en el centro de la ciudad se han convertido en un problema internacional. Hay que buscar una alternativa y pensar en el futuro. El centro de la ciudad como ámbito automovilístico no puede continuar. En Alemania, la gente aparca el coche en las afueras y se mueve por el centro en tranvía o en metro.

—Las empresas de ´rent a car´ se quejan de que el tranvía les haría perder clientes ¿qué les diría?

—Captarían nuevos clientes. El coche seguirá siendo necesario y ocupará su sitio, pero no para circular por el centro de la ciudad. Al menos, no de manera masiva. Los negocios en fase de construcción siempre generan otros.

—¿Qué opinión le merece el trazado del tranvía en la Playa de Palma y en las avenidas?

—Creo que es muy acertado. Un trazado por las avenidas que conduzca hasta el aeropuerto es muy bueno. El aeropuerto queda ahora algo apartado de la ciudad. También que discurra por la Playa de Palma. Lo importante es que haya conexiones frecuentes con otros medios.

—En cuánto tiempo cree que se tardaría en construir el tranvía?

—La construcción se hace por tramos. En dos años, midiendo el trazado completo, se podrían construir 25 kilómetros. Los tranvías, autobuses, bicicletas y peatones podrían convivir. No hay un solo argumento para pensar que en Palma no vaya a funcionar.

—¿Sería un aliciente más para el turismo?

—Sí. Sobre todo para el turista que llega a Palma de forma individual y no sabe cómo llegar al centro. Aquí tiene una conexión fácil y directa. Yo pienso utilizar el tranvía como turista una vez que esté terminado. El tranvía ha experimentado ahora un renacimiento

—En Palma ya existe un metro ¿qué piensa de él?

—El tranvía es un medio de transporte mucho más económico que el metro. El trazado previsto del tranvía en Palma permite mejores conexiones. Seguro que será utilizado por mucha más gente que la que ahora usa el metro.