Aparcamiento cerrado– El aparcamiento subterráneo del Parc de la Mar estuvo ayer cerrado por cuestiones de seguridad entre las 19,30 y las 22 horas, de modo que los más despistados tuvieron que esperar hasta esa hora para poder sacar sus vehículos. Algunos, al enterarse, la pagaron con los trabajadores del aparcamiento, que no hacían otra cosa que cumplir órdenes.

Ropa ignífuga– Muchos asistentes acudieron a ver el espectáculo bien preparados, esto es: con ropa y gorros viejos bien mojados para evitar que se prendieran fuego. Pero también hubo mucha gente que pasó olímpicamente de las básicas medidas de seguridad y, pese a no tener la ropa adecuada, no guardaron una distancia prudencial del fuego.

Cámaras de fotos quemadas– Varias cámaras de fotos y móviles fueron dañados por las chispas, según pudo comprobar este rotativo. Las peleas por las primeras filas para inmortalizar el momento, una constante entre el público.

Recorrido con buenas vistas– La salida desde sa Feixina permitió a los espectadores observar desde un punto elevado la marcha de las colles hacia el Parc de la Mar pero, pero al ir llegando a él, se encontraron con una masa compacta de personas que dificultaba la llegada a la Seu.

350 kilos de material pirotécnico– Para la espectáculo se emplearon 350 kilos de material explosivo de pirotecnia con unos innovadores efectos. Además, se usaron 350.000 vatios de potencia de luces distribuidas por todo el recorrido.