Bonito, Depende, Grita, Déjame vivir... No faltó ni una. Por grandes éxitos que no quede, pensó Pau Donés, que atendió todas las peticiones de su público e interpretó hasta dos veces la canción que dio la fama a Jarabe de Palo, La Flaca.

La Plaça de la Reina, después de Plaça España y Joan Carles I, disponía del escenario más grande y de uno de los carteles más arriesgados. Con la excepción de Jarabe de Palo, el resto de grupos era desconocido para la mayoría de espectadores. No es una crítica, al contrario, porque muchos descubrieron nuevos sonidos, pero sí es cierto que le faltó personalidad y un hilo conductor al conjunto de actuaciones.

Con un "gracias por desafiar la lluvia" arrancó L´Equilibriste su concierto, bien cocinado, con canciones como Dimecres de Decembre que seguro firmaría Quimi Portet. Salvaron algún que otro problema técnico y se abrieron a nuevos públicos. Darán que hablar.

Meeting Point inyectó al respetable una cuidada dosis de pop rock, con elaboradas canciones, y Cornelius peleó contra el anonimato por estas tierras. La gente quería Jarabe y lo hubo para todos los gustos, de la mano de un grupo que no deja de reciclarse, con ese estilo tan personal y ese gusto por la sencillez.

Lo mejor

· ´La flaca´ por partida doble– Si el público la pide, por qué no dársela, cuantas veces quiera. Los fans de Jarabe de Palo querían a ´La flaca´ y Pau Donés la interpretó hasta dos veces.

Lo peor

· Sin un estilo definido – Europa FM, la radiofórmula que diseñó el cartel, apostó por la variedad de estilos. Los grupos que actuaron tenían muy poco en común.