"Nunca me pusieron un horario ni para entrar ni para salir, y siempre he tenido toda la libertad del mundo para desempeñar mi trabajo". Con estas palabras, Tolo Güell resume sus 18 años como encargado de las Relaciones Públicas, Sociales y Humanas del grupo Eroski en Mallorca. El viernes pasado, y a propósito de su jubilación, fue homenajeado con una cena de despedida por parte del comité de dirección en la que estuvieron presentes, entre otros, Santi Izaguirre (director nacional de supermercados) y Fernando Alzamora, quien se jubiló hace casi un año.

–¿Le emocionó la cena?

–Estoy muy agradecido porque los aprecio mucho a todos y, en especial, a Santi, ya que somos muy amigos.

–De todo lo que ha hecho en la empresa en estos 18 años, ¿qué es lo que más recuerda?

–A toda la gente que hemos ayudado, por ejemplo, mediante las entidades vecinales de Palma, y a la cantidad de nacimientos y funerales a los que he tenido que asistir, ya que ello iba con mi cargo: si fallecía alguien, iba al funeral y enviaba una corona en nombre de toda la empresa; y si nacía alguien, me encargaba de visitar a los padres con un ramo de flores.

–Ésta es su faceta menos conocida, ya que su fama le viene por ser el impulsor de la Marxa desde Güell a Lluc a peu...

–Sí, es que cuando Eroski me propuso trabajar como encargado de Relaciones Públicas, yo ya era conocido desde hacía más de 36 años, ya que el bar Güell (inaugurado por mi padre en el año 1936 y en el que yo nací y me crié) era más conocido que el propio Ayuntamiento. Hablo de la época en que el bar estaba lejos de Palma.

–¿Qué planes tiene para esta nueva etapa de su vida?

–Uno de ellos es colaborar con el cura Jaime Santandreu, que es muy conocido porque acoge a drogadictos y enfermos en una finca a pocos kilómetros de Palma. Entre otras cosas, quiero montar allí un mercadillo.