Un camino perimetral de 5,5 kilómetros de longitud circundará el bosque de Bellver y permitirá la circulación peatonal y de bicicletas en condiciones de seguridad. Esta es una de las previsiones que se contemplan en la modificación del plan de usos y gestión del bosque, en cuyo contenido el departamento de Infraestructuras lleva trabajando los últimos dos años.

Las modificaciones introducidas, según explicó ayer el concejal de Infraestructuras de Cort, Francisco Donate, han sido supervisadas por una comisión especial integrada por técnicos de diferentes áreas municipales, de la conselleria de Agricultura, del departamento de Biología de la Universitat de les Illes Balears, del Colegio Oficial y de la Asociación de Ingenieros Técnicos Forestales, y del cuerpo de Bomberos, la Policía Local y el GOB, además de un representante de la federación de vecinos. La vía perimetral sigue prácticamente el mismo trazado del camino de servicios y de mantenimiento existente en la actualidad, aunque, según Martirià Figuera, responsable del plan de usos, el tratamiento que se da al pavimento permitirá circular por él sin problemas a peatones, personas con movilidad reducida y bicicletas. Al mismo tiempo, esta vía mantendrá su uso primordial como elemento de seguridad tanto de la zona boscosa como de las áreas residenciales próximas.

La anchura de esta vía será, prácticamente en toda su longitud, de tres metros. Se ha optado por un sistema tradicional de eliminación del agua pluvial mediante zanjas enterradas repletas de piedras con el fin de evitar el mayor impacto que supondría la ejecución de cunetas a cada lado de la vía.

En los tramos que no estén demasiado inclinados, el pavimento se ejecutará con una técnica parecida a la tradicional mallorquina, mediante una mezcla de tierra y cemento. En los tramos con más pendiente, el pavimento se afianzará mediante la mezcla de tierra con polímeros inertes, que dejan resbalar en agua de lluvia por su superficie, evitando la erosión. En ambos casos se asegura que la apariencia de la via será similar a la de un camino de tierra. A un metro o metro y medio de esta calzada se colocará una valla que evitará el acceso de peatones y ciclistas a las zonas del bosque no permitidas. De hecho, el plan prevé la eliminación de una red de caminos y senderos secundarios que se han ido formando por el uso. En concreto, de los 27.716 metros cuadrados que ocupan estos senderos secundarios se eliminarán 9.500, quedando un total de 15.696 metros cuadrados. El plan contempla asimismo la mejora de las conexiones con la ciudad y de los accesos, además de la ordenación de los recorridos interiores que conecten los puntos de actividad existentes como las áreas de juegos infantiles, la ermita, la Policía Montada, el huerto ecológico, las casas del Retiro y el castillo.