Óscar Collado, la persona que durante muchos años y distintos gobiernos municipales estuvo al frente de la funeraria municipal de Palma, descargó ayer en varios antiguos concejales de Pompas Fúnebres la responsabilidad por el veto a otras empresas del sector para que trabajaran en la capital. "Todos los concejales me decían que aplicara la ordenanza municipal; yo no coaccioné a las otras funerarias para que no pudieran trabajar en Palma", vino a decir el declarante ante el juez y el fiscal.

La fiscalía anticorrupción interrogó ayer a Collado respecto a posibles amenazas a proveedores para que no sirvieran a las pequeñas funerarias, extremo negado por el principal acusado.

El ex gerente de la EFM también negó ser el responsable de la multa de medio millón de euros impuesta al ayuntamiento de Palma por Defensa de la Competencia a raíz de las trabas a las funerarias de la Part Forana.

Coche nuevo por Sant Jordi

Un testigo que ha declarado en el sumario apuntó que Collado estrenó un coche nuevo, un Volvo de alta gama, coincidiendo con la adjudicación de las obras para reformar el cementerio de Sant Jordi. El imputado en el caso Funeraria dijo que adquirió un Volvo familiar tras vender su anterior coche, un Honda CRV, y pedir un préstamo al banco. Ayer también salieron a relucir otros coches comprados por la familia Collado.