Después de muchos esfuerzos parece ser que empezarán las obras de restauración de la casa que hasta hace algunas décadas era conocida como Ca don Pep Balaguer, o Can Balaguer, y hoy es más conocida como Casal Balaguer, aunque esa denominación, "casal", no tenga ninguna tradición en Palma. Hace ya muchos años que este edificio histórico de la calle Unión se encuentra en muy mal estado. La inminente ejecución del proyecto de rehabilitación vendrá a salvar uno los edificios más singulares y mejor ubicados de la ciudad.

El enorme solar que ocupa Can Balaguer está formado por diferentes estructuras arquitectónicas las cuales se han ido solapando o añadiendo a lo largo de los siglos, característica, ésta, que se da en la mayoría de casas del centro histórico de Palma. Las más antiguas se remontan a la época medieval, sin descartar que en el subsuelo puedan encontrarse vestigios aún más antiguos. Ahora bien, el cuerpo principal del edificio, es decir, la fachada principal y las habitaciones que se articulan a partir del patio central, son fruto de la profunda reforma que en su día llevó a cabo el primer marqués del Reguer durante las primeras décadas del siglo XVIII. Anteriormente, en este solar se encontraba una casa de dimensiones más modestas la cual debía tener la entrada en alguna de las calles laterales, dando así la espalda a la calle Unión, pues recordemos que dicha calle había sido hasta el siglo XVII el cauce natural de sa Riera, torrente que tantos disgustos dio a la Ciudad. Seguramente, en época medieval esa casa debió pertenecer a la linajuda familia de los Togores y luego, a partir del siglo XVI, lo fue de la noble familia de los Zanglada, para que en el siglo siguiente pasase a la rama de los Gual-Zanglada. Ya en el siglo XVIII, la propiedad pasó a la familia de los Montaner, debido al enlace matrimonial entre Beatriz Gual-Zanglada y de Puigdorfila, heredera de la casa, con Francisco Amar de Montaner y Dameto, gentilhombre de cámara de S.M. Felipe V, y que por sus favores, le fue concedido el título de marqués del Reguer (1739). Los Montaner tenían su antiguo solar en Bunyola. Desde el siglo XVI habían juntado su apellido con el de los Amar, antiguo linaje de ciudadanos de Mallorca, al haberse casado Francesc Montaner y Palou con Francisca Amar, heredera, con gravamen de linaje y armas de su padre, Jaume Amar.

Pues bien, en el siglo XVIII, cuando ya se había desviado el torrente fuera de las murallas y su antiguo cauce estaba rellenado y convertido en vía pública, el marqués del Reguer decidió hacer una gran reforma en la casa heredada por su esposa, añadiendo al edificio ya existente un nuevo cuerpo principal articulado por un patio de gran prestancia y con la fachada principal mirando al antiguo cauce de la Riera, actual calle Unión. Blasonó la entrada de su casa colocando un escudo con las armas de su linaje -escudo que ya no está-. Situada al fondo del patio se construyó la escalera la cual fue cubierta por una cúpula de lunetas y lucernario. En definitiva, se hizo construir la casa que hoy conocemos como Can Balaguer. El majestuoso patio de atrevidos arcos rebajados que descansan sobre unas barrigudas columnas, tuvo que ser mutilado a los pocos años de ser construido, pues el terreno arenoso del antiguo lecho del torrente en el solar que ocupaba este espacio, y la insuficiente consistencia de los cimientos para aguantar el peso de la casa, provocaron un desplazamiento de los muros de carga, lo que provocó el tapiado de los arcos, dejando visible únicamente la parte central del patio. Varias generaciones de la familia Montaner vivieron en esta casa hasta que la propiedad pasó a los San Simón, oriundos de Francia, al producirse el matrimonio entre Isabel Amar de Montaner y de Villalonga, heredera de la casa, con Luis de San Simón y Orlandis, conde de San Simón. Sus herederos mandaron al maestro de obras Bartomeu Ferrà, construir en la parte trasera de la casa, dónde había un huerto, y que tenía salida por la calle San Jaime, una nueva casa al estilo neogótico. El resultado de esta actuación fue una bella vivienda que recogía todos los elementos de la arquitectura mallorquina más genuina. En la actualidad, esta casa es la sede de la Fundación Barceló.

La venta a Blanes

A finales del siglo XIX, la casa de los marqueses del Reguer volvió a cambiar de propiedad, pero esta vez no fue a causa de un enlace matrimonial, sino por venta a Antonio Blanes, natural de Artá, que había traído una gran fortuna de América. Blanes reformó mucho la casa, adecuándola a su época. Ya en el siglo XX la casa fue comprada por el músico Josep Balaguer Rius (Inca 1869-Palma 1951). Allí vivió con sus hermanas y esposa. A la muerte de éstas últimas (1966) se ejecutó la voluntad del señor Balaguer de cederlo al Ayuntamiento de Palma -aunque antes se había ofrecido a la Diputación, negándose ésta a aceptar tal donación- y de que el Círculo de Bellas Artes pudiese tener allí su sede social, institución que en aquellos momentos ocupaba los bajos del Círculo Mallorquín. En aquellos momentos era presidente del Círculo de Bellas Artes Antonio Parietti, emparentado con los Balaguer a través de su esposa.

Han pasado más de cuarenta años desde que el Círculo de Bellas Artes se instalase en Can Balaguer. Ahora el viejo edificio vuelve a enfrentarse a una nueva reforma, que sin duda será para bien. Pasado un tiempo, cuando se vuelva a abrir sus puertas a la ciudadanía, se habrá ganado un nuevo rincón que contribuirá a hacer más agradable la vida en nuestra ciudad.

(Cronista oficial de Palma)