"No creo que la tienda aguante el tiempo de las obras pero, mientras la ciudad consiga un lugar para disfrutar, continuaré defendiendo el proyecto". Así de firme se muestra Jaume Rivera, propietario de la tienda de productos ecológicos Fox Fibre. Aboga por la peatonalización del eje cívico de Blanquerna, la zona por la que apostó hace año y medio.

Sin embargo, reconoce que es el único comerciante que está abiertamente a favor y que tendrá que hacer "lo que haga todo el mundo". Evalúa que, en general, su sector es reacio al cambio, a renovarse. "Prefieren quedarse como están, no quieren arriesgarse", explica este empresario que también pertenece a la junta directiva de Pimeco, la asociación de comerciantes que ha mostrado su conformidad con el proyecto. "Queremos una ciudad más sostenible, más humana, y sabemos que funciona en otros lugares". "No podemos tener una ciudad diseñada solo para vehículos", opina.

Desde su asociación apuestan por centros comerciales abiertos -como sería el futuro eje- donde la gente pueda pasear. "Aunque garantizando la seguridad, no pueden olvidarse de nosotros luego".

Sobre los problemas que le supondría un recorte en la circulación, sentencia: "Cuando compras no vas en coche". Jaume aclara que muchos de sus clientes vienen en bicicleta y que la mayoría se dirige expresamente a su tienda. "Con el eje ya no aparcarán y se irán, sino que conocerán otros comercios", augura sobre cómo este proyecto revitalizará la actividad de esta zona.

Ante la polémica suscitada, recrimina al Ayuntamiento que no haya hecho nada para crear un consenso previo. "Reunieron a los representantes el 1 de diciembre y al día siguiente se hizo público el proyecto", recuerda. "Todo el mundo se enteró por la prensa. Si hubieran informado mejor, todo este terremoto se hubiera evitado", considera.

Ahora ve más difícil que se llegue a un acuerdo y tiene claro que el Consistorio no puede hacerles sufrir un año de obras para que todo siga igual. "Si no se peatonaliza, que no se construya. Si eso es lo que quieren ¿Para qué tocar nada?".