Francisco Cisternas comienza claro: "La gente defiende su derecho a pasear, pero yo el mío a subsistir". Con su mujer, Mabel Ferretjans, eligió la calle Blanquerna hace siete años para el Shusi Bar y el año pasado abrió el Thai Fusion. Son unos de los restauradores más importantes de la zona, de los primeros en apostar por esta arteria secundaria de las avenidas, atractiva específicamente por su tráfico de personas y vehículos. "Era muy importante para nuestra clientela y para los proveedores", recuerda.

Ahora, con la construcción de un eje cívico, teme por su futuro. "Estamos hablando de levantar la calle durante casi un año y económicamente no podemos permitirnos eso. La gente no viene a un restaurante a meterse en polvo y ruidos". El proyecto significará pedir un crédito para aguantar con el alquiler y despedir plantilla. "¿Sacrificarán a un empresario y a sus 14 trabajadores para fomentar el empleo en la construcción durante unos meses?", inquiere.

Francisco duda mucho de los futuros beneficios del proyecto. "No nos engañemos, esto no es el casco antiguo, ni va a ser la prolongación de Sant Miquel. Aquí no se vendrá a pasear. Esto es un barrio y los turistas seguirán yendo al centro". Además, este empresario ha visto como la peatonalización de la plaza Santa Payesa convirtió la zona en un foco de inseguridad que no quiere para sus locales. "Un yonqui ya me rompió el cristal y me robó. Tuve 8.000 euros de perdidas", relata. "Ese pequeño paraíso que nos quieren vender no existe. Allí los vecinos no van por en medio, los bancos del centro están tomados por los indigentes", describe.

Si al final se construye el eje, reclama el tráfico rodado sin restricciones. "Si nos lo quitan nos matan. Esto es un escaparate, deben pasar coches para que nos conozcan. Además, quién va venir si no puede dejar el coche", augura.

Ante las protestas del sector comercial en esta calle por el proyecto, lamenta la falta de consenso alimentada por el propio Ayuntamiento. "Desde el principio nos han sometido a su voluntad. No nos han dado margen de decisión. No ha habido negociación. Desde la primera reunión nos dijeron ´El eje se construirá sí o sí´", asegura.