Hace semanas que los vecinos de la zona no ven trabajadores alrededor del parque de la Torre den Pau. Desde el pasado febrero, este espacio público, uno de los más grandes de Palma con 43.995 metros cuadrados, cerró sus puertas para que el Ayuntamiento pudiera acometer labores urgentes de acondicionamiento, debido al mal estado en que se encontraba el antiguo fortín tras casi siete años de abandono por el organismo autónomo Parques Nacionales, que pretendía convertirlo en sede del patronato del parque nacional marítimo terrestre del archipiélago de Cabrera, que nunca pudo llevarse a cabo.

Cuando Cort recuperó el parque, en septiembre del año pasado, procedió a la adaptación de este espacio libre público que cuya degradación había sido denunciada reiteradamente durante años por las asociaciones de vecinos y entidades del Coll den Rabassa. Entre otras actuaciones urgentes, el servicio de Parques y Jardines de Cort tuvo que sanear y podar sus pinos, que estaban afectados gravemente por la plaga de la procesionaria, que muchos residentes denunciaban ya como un verdadero problema de sanidad pública.

"No sabemos nada, pero es una lástima que esté cerrado", explicaba una pareja de Barcelona que paseaba con su hijo en dirección a la playa. Llevan cinco años veraneando en esta zona y más de una tarde los árboles de este espacio les habían ofrecido cobijo en las calurosas tardes de verano. "Es verdad que estaba muy mal, pero nunca nos pareció peligroso", comentaba la mujer.

Desde el consistorio, por el momento, afirman que queda poco para que se decida el uso al que se destinarán las dependencias situadas en el interior del antiguo fortín. Tan solo informan de que el cierre por seis meses era para la tareas de reforma más necesarias y que está previsto que permanecerá cerrado hasta que se presente y ejecute el proyecto de rehabilitación integral que garantice el mantenimiento del recinto como espacio libre de uso público.

El antiguo fortín militar, de propiedad municipal y calificado y usado como espacio libre público, fue cedido por Cort en julio de 2001 a Parques Nacionales, con el compromiso de construir las oficinas centrales del parque nacional de Cabrera y un centro de visitantes. Su falta de acción delegó a esta zona verde al más absoluto abandono, cuya reforma ya no puede coincidir con la utilización del parque.

En el parque Ses Estacions los equipamientos se van cerrando de forma arbitraría, dependiendo de las necesidades de los obreros que están construyendo el drenaje del parque. Actualmente el parque infantil, reproducción de la estación de tren de Palma, está cerrado, así como el popular juego de surtidores de agua que ahora en verano sería utilizado por más de uno para refrescarse.

Esta zona verde todavía no está recepcionada por el Ayuntamiento y pertenece al SFM. Hasta que Cort no decida que este parque está finalizado, sus juegos tan solo podrá disfrutarse a medias. Desde la conselleria de Movilidad apuntan a que el consistorio quiere que terminen de plantar la vegetación, pero que es una tarea que ya no podrán realizar hasta después del verano, pues con estas altas temperaturas supondría un riesgo para que sobrevivieran.