La funeraria ha ido acumulando una deuda bancaria que ya alcanza los 17 millones de euros, con unas pérdidas debidas a la gestión deficitaria del tanatorio de Bon Sosec, adquirido en 1997, de un millón al año. Si bien en años anteriores el déficit era de unos miles de euros y no alcanzaba los 1,8 millones de 2007, los actuales gestores atribuyen este hecho a que se presentaban las cuentas "maquilladas", sin dar por "incobrables" 1,4 millones de tasas de mantenimiento.