Una inspección realizada por agentes de la Policía Nacional la semana pasada al local de prostitución gay denominado Casa Alfredo ha revelado que el establecimiento, en el que el ex teniente de alcalde de Urbanismo y coordinador municipal, Javier Rodrigo de Santos, malversó presuntamente parte de los 50.000 euros utilizando una tarjeta visa del Ayuntamiento, carece de las correspondientes licencias de actividad y funcionamiento necesarias para que esté abierto al público.

Fuentes municipales han confirmado este extremo y han asegurado que una vez que la Policía Nacional les remita el acta se procederá a la apertura del correspondiente expediente de infracción de actividad que, además de la correspondiente sanción económica, puede acarrear el cierre cautelar del establecimiento, al menos hasta que no disponga de las correspondientes licencias municipales

La inspección policial se realizó el miércoles de la semana pasada a raíz de que una persona, de unos 40 años de edad y presunto perturbado mental, salió desnudo del local situado en la barriada del Terreno afirmando que le habían violado.

Este hecho causó un gran revuelo y alarma entre el vecindario. Por ello, varias patrullas de la Policia Nacional se personaron en el lugar de los hechos y tuvieron que reducir por la fuerza al presunto perturbado, quien se encontraba en un elevado estado de excitación. Posteriormente, y una vez reducida la persona que había salido desnuda a la calle, los agentes policiales procedieron a realizar una inspección del local, situado en el número 29 de la calle Ramón Servera Moya. Como consecuencia, se procedió a la detención de dos personas que presuntamente trabajaban en el establecimiento.

Dos detenciones

Una de ellas es de nacionalidad brasileña y de unos 34 años de edad, que dijo ser el encargado del local. Su detención se produjo por falsificación documental y estancia ilegal. La otra persona fue detenida porque desde Barcelona se le supone autor de un hurto.

No se encontraron en el establecimiento sustancias estupefacientes aunque, cuando se les reclamó la documentación administrativa referente al local, la persona que se presentó como "encargado" no pudo entregar en aquel momento ningún documento que acreditara que el establecimiento dispone de las licencias de actividad y de apertura y funcionamiento.

También se comprobó que carecía de las mínimas condiciones de seguridad exigidas a cualquier establecimiento abierto al público, aunque la normativa no exige la existencia de salida de emergencia dada la escasa capacidad de aforo del establecimiento.

Si bien Casa Afredo carece de licencias, según Cort, la lavandería Miele, que en ocasiones servía para ocultar los verdaderos servicios prestados en el local, dispone de licencia de apertura desde el 22 de diciembre de 2003. El expediente se había iniciado en 1999 y la licencia de instalación data de junio de 2002.