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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Formentor da la medida

Mallorca es una pasión, pero Formentor es una religión. Ambas geografías están amenazadas por sus residentes, ya que no me lo preguntan, pero las autoridades megaprogresistas han decidido proteger solo una de ellas. La primera prohibición de que los mallorquines accedan a una porción de su isla se ha sustanciado en el faro de la península septentrional. Los cerebros de PSOE, Més y Podemos han decretado que el tráfico que sufre dicha carretera es "excesivo". Dado que los coches que provocan ese colapso proceden del resto de la isla, y que Formentor está más desahogado que la Playa de Palma, el ridículo argumento rueda por los suelos. La saturación es global, sin excepciones como la enarbolada por la ultraizquierda para favorecer a terratenientes privilegiados, mientras los inquisidores de Progreso siguen castigando a los trabajadores sometidos a atascos infernales.

Sin embargo, vamos a aceptar bovinamente que solo los propietarios de grandes chalets necesitan la protección de los políticos antisistema. Así, Formentor vuelve a dar la medida de Mallorca. Al dictaminar que mil personas pueden acceder a diario al faro en verano, los megaprogresistas le han puesto límite a la cabida de la isla. O a la capacidad de carga, que dirían los cursis. Asignando las cifras de invasores correspondientes a La Calobra, Banyalbufar, Deiá, Valldemossa y otros entornos privilegiados, se obtendrá una suma de cien mil visitantes diarios en temporada alta, acogiéndose a la estimación más generosa.

La conclusión es inmediata. El Govern de ultraizquierda debe recortar el flujo diario de turistas veraniegos que llegan a Son Sant Joan a una décima parte, y solo porque hacemos abstracción de que los malditos aborígenes también tienen sus necesidades. Extrapolando el criterio aplicado en Formentor, los cien mil visitantes afortunados deberán desplazarse por la isla en autobús. Salvo que los megaprogresistas que han expulsado a los mallorquines de su propia isla confiesen abiertamente que trabajan para los grandes propietarios.

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