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Matías Vallés

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Cala Llamp acumula más grúas que antes de la corrupción

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Cala Llamp acumula más grúas que antes de la corrupción

De proseguir los descartes, Iniesta acabará en el Real Mallorca. Si te gusta el medio ambiente, viaja a Costa Rica. Si te gustan las grúas, no te pierdas Cala Llamp. Ofreció algunos de los escándalos más flagrantes del caso Andratx. A doce años de la ocupación del ayuntamiento con penas de cárcel, la zona litoral ha recuperado el cemento de la época previa a la corrupción.

En la foto de Bartomeu Font que hoy nos ilustra, se puede admirar una pequeña muestra de las obras de mejora salvaje de Cala Llamp. Hemos elegido la instantánea más dulce, las restantes son pornográficas. La lucha contra la corrupción ha desatado el apetito constructor en Andratx. El acantilado en el vértice de la Tramuntana está tan sobrecargado de apartamentos que amenaza con volcar la isla entera.

Todo surge de un gigantesco malentendido. Las autoridades entendieron que la declaración de patrimonio de la Humanidad implicaba alojar al género humano al completo en la Serra. Una vez emprendida la repoblación masiva del escarpado litoral, no podemos desfallecer. A este ritmo no habremos destruido la Tramuntana al completo antes de las elecciones, incumpliendo así el ambicioso programa del Pacto de Progreso.

Es curioso que la mayoría de obras llevadas a cabo en Andratx hace una década fueran corruptas. Todavía resulta más extraño que, ahora que podemos certificar la limpieza celestial de las tramitaciones, se hayan multiplicado por encima de las existentes en los años de cárcel. En Cala Llamp se excavan bancales horizontales en paredes verticales, y ni así caben los adefesios que serían factibles con un poco más de isla.

El caso de Andratx puede generalizarse. Tal vez alguien podría aclararme por qué no se investiga prácticamente ningún escándalo correspondiente a esta década. La corrupción ha desaparecido misteriosamente de Mallorca, aunque los concejales seguían cobrando por autorizar un restaurante de comida basura. Se trata de un fenómeno de purificación súbita tan increíble como si se hubieran desvanecido las enfermedades renales de la isla. Para qué mantener la fiscalía y la oficina anticorrupción, si la patología que abordan ya no existe.

Hablando de misterios y ministerios públicos, el fallecido fiscal general José Manuel Maza no podrá confirmarnos su comentario del pasado agosto. Veraneaba en Cala Sant Vicenç según acostumbraba, y el fiscal jefe Bartomeu Barceló se mostró especialmente solícito para mostrarle Valldemossa, la Cartoixa, las 236 celdas en que se alojó Chopin en un mes y demás joyas melómanas. Mosqueado por tanta atención, el visitante madrileño le comunicó a sus allegados que "me parece a mí que éste me hace la pelota para garantizarse la inminente renovación en el cargo". Debió recordar que Barceló es el gran superviviente, prorrogado por dos décadas en la fiscalía del Tribunal Superior por aplicar a rajatabla su máxima de que la política no tiene nada que ver con la justicia.

En cuanto Ella regresa de Costa Rica con un bronceado de Bernini, le suelto a bocajarro:

-¿Mallorca podría vivir sin corrupción?

-El día que tú puedas vivir sin mí.

Me pregunto cómo lo sabe.

Cuando el dedo señala hacia Manuela García Moreno como presidenta del Colegio de Médicos, el sabio mira hacia Carles Recasens, el psiquiatra fuerte del equipo. Antoni Bennàssar seguirá al frente de una fundación médica porque ya se ha habituado a presidir cosas, a la espera de la plaza de conseller de Sanidad de Biel Company que da por garantizada. Con permiso de los votantes y de Jaime Orfila. El saliente me confesó un día que había estudiado Medicina por mi culpa, lo cual nos coloca a ambos en una situación embarazosa. Y no quiero despedir el rincón de curar sin mencionar a Boi Ruiz, el conseller en la Generalitat de los recortes sanitarios a la catalana, de quien me anuncian su desembarco en Mallorca vía Pacto.

Laura Cameron, la empresaria que vendía datos de turistas para que denunciaran falsas intoxicaciones y hundieran la economía de Mallorca, ha declarado que atraviesa estrecheces económicas. Para solventarlas, ha contratado al bufete Molins, que defendió a la Infanta Cristina y se caracteriza por sus módicas tarifas. La epidemia de diarreas inventadas es el mayor atentado contra la imagen de la isla en toda su historia.

Uno de los consuelos de esta profesión era encontrarse cada verano con José María Íñigo en el Valparaíso. En la primera cita en julio de 1985, el PSOE acababa de cancelar su Estudio abierto, que llevaba 18 años en pantalla. "Mi programa era el número uno, han primado factores políticos. Yo solo no puedo luchar contra TVE, un gigante en que los trabajadores carecen de ilusión". En efecto, hay cosas que nunca cambian. Ahí radica la potencia invencible del bipartidismo, en que todo lo que vale para el PSOE entonces también sirve para el PP ahora.

Recibo otro libro de Pere Antoni Pons, que pensaba celebrar con agrado como en anteriores ocasiones. Sin embargo, me leen los insultos que el autor dedica a este diario en las redes basura, por contar la verdad sobre los asquerosos contratos de Més a su jefe de campaña. Supongo por tanto que para este insigne literato sería contraproducente un halago salido de nuestros mendaces labios, y paso por tanto a otro asunto. Vean Roman J. Israel, donde Denzel Washington resume nuestra monserga de hoy sobre la corrupción.

Reflexión dominical arquimédica: "No sé si he asistido a la muerte de ETA o a la resurrección de ETA".

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