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La República Catalana nos quiere dejar sin alimentos

"El español gusta de hincharse como un perro insuflado por el culo hasta que el orgullo de serlo acaba campeando en solitario por todo contenido y toda empresa de la españolez". Así escribía Rafael Sánchez Ferlosio en 1980 en El País, en un artículo titulado "La demencia senil de la cultura española" que no le costó pena de cárcel por terrorismo. Al contrario, a su autor le entregaron el premio Cervantes los mismos Reyes que ahora impulsan a condenar a raperos por crónicas menos virulentas. Y el escritor siguió derramando su asco sobre España el mismo día en que recibió el galardón.

Tendrán que disculpar el estupor actual de quienes fuimos educados leyendo a Sánchez Ferlosio sin inmutarnos, mientras ETA mataba a dos españoles por semana. Hoy descubrimos que conducir a 60 en una vía de 50 es un atentado terrorista, porque se podría herir a alguien. O que todos los delitos pasan a ser de rebelión, en cuanto subvierten el orden, y de terrorismo, en tanto que ningún acto social escapa a la política.

En los años del artículo de Ferlosio, hubiéramos llamado presos políticos a los nueve independentistas catalanes encarcelados sin juicio, pese a haber sido elegidos democráticamente y pese a que no han causado ni un rasguño a nadie. De hecho, la Europa anticuada nos emparenta con países tan ejemplares como Polonia, Hungría o Turquía (The Guardian).

En los años del artículo de Ferlosio, hubiéramos llamado "exiliados" a los políticos españoles que han tenido que huir a otros países para no ser encarcelados sin juicio, pese a haber sido elegidos democráticamente y pese a que no han causado ni un rasguño a nadie. De hecho, es curioso que The New York Times, The Times de Londres o Der Spiegel coincidan en hablar del "exilio" de Puigdemont. Los europeos andan muy anticuados en materia de crímenes, no distinguirían una rebelión ni si les pasara por delante.

En los años del artículo de Ferlosio, la líder de los Comités para la Defensa de la República sería una gamberra disfuncional, indistinguible de los hooligans que queman contenedores a cada partido de fútbol europeo sin que la mayoría silenciosa arquee ni una ceja. En cambio, hoy es noticia que un juez de la Audiencia Nacional curiosamente demócrata desbarate los planes del Gobierno, que pretende identificar a todo catalán con un terrorista mientras no se demuestre lo contrario.

Sin embargo, hay algo que no ha cambiado desde los tiempos del artículo de Ferlosio, y es que Mallorca siempre lleva las de perder. Ni entraremos en el ensañamiento de Madrid, porque hoy nos detendremos en el audio interceptado a la citada coordinadora de los CDR. "Si podemos parar el puerto de Barcelona, sería brutal, porque dejamos sin abastecimiento a las Illes Balears". Sigue una larga lista, pero los primeros damnificados por orden de importancia hemos de ser nosotros, antes que los "chinos" o "Seat". La República Catalana se jacta de dejarnos sin alimentos, por lo visto su política exterior coincidirá con la llevada a cabo por la "españolez". En la lógica del golpismo que España y Cataluña se atribuyen mutuamente, a los mallorquines siempre nos toca recibir los golpes. De todos los Estados.

Las kellys encarnan la memoria turística, equivalente a la memoria histórica. Su reivindicación será uno de los escasos logros del Pacto. Hasta que se reconoció la labor de las camareras de pisos, Rajoy solo había recibido a hoteleros. Hablando del PP, los manejos que provocaron la detención el mes pasado de Nicolas Sarkozy por financiación ilegal incluyen, según leo en Le Nouvel Observateur, la "venta de una mansión por diez millones de euros a Gadafi, a un precio exagerado que hubiera permitido disimular entregas de dinero ocultas". Y me siento soulagé, porque se trata exactamente del procedimiento utilizado en el mayor caso de corrupción de la historia de Mallorca, pero tranquilos que ya nunca será juzgado. A propósito, me cuentan que el urbanismo de Andratx sigue donde siempre, con la colusión entre arquitectos/as y abogadas/os que otorgaron renombre internacional al municipio. Ojalá acabe como en la anterior edición, en este país de hidalgos.

Hoy nos ilustra el equipo rectoral al completo de la Universidad Rey Juan Carlos, que opera bajo el lema "Sírvase el máster usted mismo". Mientras el rector Javier Ramos explica los títulos expeditivos que expide su institución, nuestra mirada se desvía hacia el segundo por la derecha en la imagen. Trátase del felanitxer Carles Marín, vicerrector de Comunicación del centro universitario. En su dilatado currículum figura la inscripción para la oposición al cuerpo superior del Govern dentro de la especialidad de asesor lingüístico, en un examen celebrado en 2003 y que abandonó abruptamente.

El próximo viernes a las 20.00 tendrá lugar en Santa Eulalia la misa funeral por Catalina Oliver Álvarez, ginecóloga mallorquina y esposa del cirujano Antonio de Lacy, fallecida este mes en Barcelona. Contrajeron matrimonio en la iglesia palmesana elegida para el recordatorio.

Vean Un sol interior, aunque el martes pasado les hubiera recomendado lo contrario, pues no entiendo que ninguna mujer pueda perderse el paseo por el cuerpo entero de Juliette Binoche, más Resnais que Godard.

Reflexión dominical balanceada: "Los fanáticos de respetar las sentencias judiciales siempre que vengan de Llarena, no han ampliado su acatamiento a los jueces alemanes".

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