Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Bernat Jofre

España, ante el retroceso democrático y la genuflexión socialista

O mucho cambian en Ferraz, o alguien va a cambiar Ferraz. Y en menos tiempo del que algunos creen

Barón Rojo compuso en 1991 una canción titulada El político, siendo incluida en el álbum Desafío, publicado en 1992, en plenos fastos olímpicos. En ella se trataba a la clase política de "cerda, corrupta, amañadora de medios de incomunicación, estiércol de tu elección". Acababa la canción en un crescendo vibrante: "Eres un gran cínico, despótico y ladrón, eres un político". En la España de la ley mordaza, sería muy probablemente censurada.

Vivimos en un país raro, que da la espalda tanto a la literatura del Siglo de Oro que aprendimos en BUP -la mayoría de las opinables canciones de Valtonyc son versos de Quevedo, el hombre que le dijo "asno" a Felipe III y no le pasó nada, hoy sería enviado a galeras- como a la Filosofía en mayúsculas.

Efectivamente, el lego tribunal parece ignorar quién fue Evelyn Beatrice Hall, más conocida bajo su seudónimo masculino de Stephen G. Tallentyre, autora de una de las más completes autobiografías de François Marie Arouet, Voltaire. En ella, la apasionada historiadora británica pone en boca del de París la famosa cita: "Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo".

Tampoco deben conocer sus iletradas señorías lo que se está legislando en Europa. Digo lo de iletradas no por considerarlas ignorantes, sino por sencillamente no leer las últimas sentencias del Tribunal Internacional de Derechos Humanos de La Haya. Es posible que por la libertad de expresión y la ley mordaza España pueda tener otro contratiempo jurídico en el Tribunal Internacional de la Haya.

El último no va a ser, si tenemos en cuenta los últimos informes salidos desde la capital neerlandesa, avisando continuamente de la pérdida de calidad democrática en España. Informes, y sentencias firmes contra el reino de España: que se haya admitido a trámite la indemnización a ACS por el fallido proyecto Castor ya nos puede indicar hacia dónde pueden ir los tiros.

No tan sólo la judicatura europea es consciente de ello: en el último informe "¿Cómo es la vida?" (2017), la nada sospechosa de izquierdismo OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos ) ya alertaba de la baja calidad democrática en España, con las siguientes sintomatologías:

l El cuarto país de Europa que menos empleo ofrece a sus habitantes. Consuelo de tontos, Turquía va detrás nuestro.

l Peor país europeo en distribución de la renta disponible.

l El 50% de la población no llega a la renta per cápita media

l Tan sólo el 26,40% confia en las decisiones del Ejecutivo Rajoy debido al historial de corrupción de su partido.

l Un 76,3% de los españoles cree que no puede influir nada sobre las acciones de Gobierno

l La confianza en los cuerpos y seguridad del Estado es la quinta más baja de Europa. Eso sí, superamos a México, algo es algo.

La OCDE no habla de "libertad de expresión", pero sí lo hizo el prestigioso The Economist en su último estudio, The Economist Intelligence Unit's Democracy Index, para muchos sociólogos, políticos y periodistas la biblia de los derechos civiles alrededor del orbe.

Dado a conocer este enero -es un trabajo nuevo, pues- los resultados son bastante significativos: España es el país que más baja (dos puestos en un año, algo insólito en países occidentales) en los llamados de "democracia plena", y pasa al último lugar de este privilegiado grupo, quedándose a las puertas de salir de él.

Mejorando el panorama, el pasado junio el GRECO (Grupo Anticorrupción del Consejo de Europa) daba a conocer un demoledor dosier sobre la calidad de la Justicia española. Lo más grave , decía el texto, es que España ha ignorado tres de cada cuatro recomendaciones elevadas expresamente por el organismo europeo en 2016 para combatir la corrupción en el ámbito judicial. Además, el otro 25%, tan sólo se ha podido implementar de manera "parcial o difusa".

Concluye el Consejo de Europa: "Las autoridades políticas no deben intervenir en ninguna de las etapas del proceso de designación de los magistrados". Para el Consejo, es ciertamente decepcionante que España "no tome demasiado interés en garantizar la independencia de poderes". Visto lo visto, M. Rajoy debió fumarse un buen puro con las recomendaciones del Consejo.

A todo ello, ¿qué hacen PSOE y Podemos? Pues siendo sinceros, los segundos intentan batallar con proposiciones no de ley corajudas y de izquierdas. Es decir, de lo que dicen ser. A pesar de su a veces sobreactuado teatro parlamentario, cumplen con su electorado.

¿Y el PSOE? ¿Qué hace el teórico primer partido de la oposición? Está de rodillas ante el hombre a una barba y unos gemelos de oro pegados. Cumple fielmente sus órdenes. Si se tiene que abstener para que la ley mordaza no sea derogada, sea. Si tiene que votar en contra a una proposición no de ley para el reconocimiento oficial de los títulos nobiliarios para que así éstos puedan seguir teniendo algún tipo de privilegio, hágase... Hablar de "oposición" con la actual dirección del PSOE parece un oxímoron, una entelequia circunscrita a temas muy puntuales.

O mucho cambian en Ferraz, o alguien va a cambiar Ferraz. Y en menos tiempo del que algunos creen. Por cierto: si la dinámica de rendir honores ante según quien sigue mucho tiempo, no hará falta ningún golpe de Estado tipo "el partido soy yo".

Mientras, la ley mordaza no ha podido enmudecer a la única persona que se ha atrevido a destripar la Marcha de granaderos: Marta Sánchez. Sus gallos aún resuenan en los oídos de muchos melómanos. Personalmente, me fue muy desagradable. Espero impere el sentido común.

Compartir el artículo

stats