Por tu bien, censuramos la chica de Balthus en posición, digamos, poco decorosa. Ten en cuenta que su postura invita a la pederastia. Quedas, pues, avisado. Por tu bien, apartamos de tu vista El origen del mundo, de Courbet. Ya sabes, ese pubis femenino en primer plano. Una agresión moral en toda regla que puede, sin duda, herir, ejem, sensibilidades.
Por tu bien, deja de ver las películas de Woody Allen, ese pequeño judío neoyorquino, ese sátiro de Manhattan. Promueve la estupidez mundial y boicotea al autor de Annie Hall. No te cortes. Es importante que el mundo conozca tu impecabilidad moral. Ya sabes, actrices y actores que han trabajado con él y que ahora se arrepienten de haber colaborado con semejante apestado. Un rasgado de vestiduras a todas luces estremecedor. Olvida a Polanski y el ardor, la Lolita del perverso Nabokov. Súmate a las manifestaciones que abogan por prohibir una retrospectiva del polémico cineasta. Por tu bien, te haremos el favor de frenar la edición de los panfletos de Céline. Ya sabes, aún no eres adulto y su lectura podría traumatizarte de por vida, o bien podrías llegar a ser un criminal. Por tu bien, mejor que no se te vea por la calle con Arturo Valls. Por tu bien, no me hagas caso: soy un hombre y, sin duda, albergo un machista en mi interior que, a la mínima, puede saltar sobre ti y morderte el cuello. Por tu bien, si te dedicas a la literatura, vigila el comportamiento de tus personajes, mantenlos a raya no sea cosa que se desmanden y luego nos salgan tremenda o levemente machistas, groseros o maltratadores. Cuidado, no sólo con lo que lees o contemplas, sino con lo que escribes. Ya sabemos que el narrador o el personaje de la historia no tiene por qué compartir tus principios, si los tienes, pero podemos dudar de tu ética. No en vano, eres tú el autor y, por tanto, tu mente puede estar muy enferma al imaginar o plasmar sobre el papel a sujetos tan lamentables. Cuida tu mente. Te lo decimos por tu bien, no lo olvides. De hecho, si un personaje es un machista o un manipulador, llegará un momento en que los ojos acusadores se dirigirán a ti. Pues, ¿a qué viene imaginar un personaje de estas características o, en fin, a qué viene recrearte en el mal? Si el personaje es femenino y perverso, manipulador o torvo, cuidado, lloverán sobre ti un millón de insultos. Sopesa tus elecciones. Por tu bien. Existe un peligro: que te llamen facha. Por supuesto, y por tu bien, ni se te ocurra hojear Mein kampf, cuyo autor preferiríamos no nombrar, no sea cosa que se nos queme la boca o la lengua se paralice. Dicen por ahí los más aviesos que su lectura es necesaria, que siempre es útil conocer al enemigo. Por tu bien, y siguiendo con la pintura, apoya el retiro del Museo de Manchester del cuadro Hylas y las Ninfas, de un tal John Williams Waterhouse. Y repite con nosotros: esta obra de arte cosifica el cuerpo femenino.
Sí, ya sabemos que nos llamarás policía del pensamiento y de las buenas costumbres, pero así como existen detectores de metales y de mentiras, también existen detectores de sujetos perversos que promueven el sexismo. Somos progres, no lo olvides. Progres morales y estéticos, y lo hacemos por tu bien, de eso no te quepa la menor duda. No sólo deseamos tu bien individual, sino el bien de la sociedad. De hecho, somos los veladores y valedores de una sociedad higiénica. Por tu bien, firma para que desalojen el desagradable, por obsceno, desnudo de Egon Schiele del metro de Londres. Anímate y súmate a nuestra causa. Somos la neosantidad.
