Diario de Mallorca

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Juan José Millas

Tierra de Nadie

Juan José Millás

Campo libre

El mercado tiene mucho talento, pero carece de conciencia. De ahí que sea preciso establecer elementos correctores que suplan esa minusvalía. En caso contrario, aunque los beneficios empresariales se disparen, los salarios seguirán bajo mínimos. Esto es precisamente lo que ocurre en la actualidad, que la economía va bien para unos pocos, pero continúa mal para la mayoría. ¿Cómo actuar? Legislando. El problema es que para legislar hace falta un Gobierno. No un Gobierno excepcional, ni siquiera un gobierno con más inteligencia que el mercado. Bastaría con un gabinete de personas medianamente sensibles que se espantaran ante el galopante empobrecimiento de la clase media y la expulsión de los pobres hacia los márgenes del sistema. Gente normal, con sentido común, que cuando viera las aceras de las calles de su ciudad llenas de pobres dijera para sus adentros: Esto no puede ser. Y no puede ser porque no puede ser. Porque la desigualdad, llevada al extremo, no es buena ni para los desiguales ni para los iguales.

Tampoco es una cuestión de izquierdas ni de derechas. Es un problema de sensatez. Tú hablas con cualquier persona con dos dedos de frente, sea de uno u otro partido, y estará de acuerdo en que es preciso, más que nunca, un reparto de la riqueza que evite la fractura social, cada vez más profunda. Ahora bien, al no haber directrices, el mercado actúa según su propia lógica y organiza los desperfectos que se encuentran a la vista de todos. ¿Qué hace el Gobierno aparente de Rajoy para fingir que se mueve? Pues envía a Celia Villalobos a la tele para decir una estupidez (lo de ahorrar dos euros al mes) que viene a ser como el hueso de plástico que arrojamos al perro para que nos deje en paz. Significa que llevamos ya dos o cuatro semanas royendo ese hueso que debería haberle costado el puesto a Villalobos. ¿Por qué no se lo cuesta? Por las mismas razones por las que no se introducen factores de corrección en la voracidad del mercado: porque no hay Gobierno. El asunto se arreglaría a medias si hubiera oposición, pero la oposición ni está ni se la espera. Significa que el mercado tiene todo el campo libre y, como es muy listo, lo aprovecha. Perra vida.

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