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José Francisco Conrado de Villalonga

Aut Caesar Aut Nihil

Esto de ser investido presidente es un asunto serio, un acto personalísimo en el que no cabe hacerlo a distancia

Después de unos años de desgobierno en la Generalitat de Cataluña, con el ejecutivo catalán centrado en su sola fijación, la declaración unilateral de independencia y, después de que el Senado hubiese acordado autorizar al Gobierno a aplicar el Artº 155 de la Constitución y, convocar elecciones, -en mi opinión de forma algo precipitada-, la situación política ha quedado tambien complicada, complicación agravada por el empecinamiento de un desquiciado Puigdemont en ser candidato a la presidencia del gobierno catalán. Puigdemont declaró la "república catalana" solamente reconocida por Osetia del Sur, -país que nadie sabe donde está- y mientras, él, escapado de la justicia, comiendo tranquilamente mejillones en el aburrido exilio de Bruselas. Este señor pretende gobernar Cataluña de cualquier manera, sin ser consciente, o si, en su ofuscación, de que está perjudicando seriamente a los catalanes y al resto de España.

Constituido el nuevo Parlament se ha empecinado, Puigdemont, en ser investido presidente de la Generalitat de forma telemática. Esto, ser investido presidente, es un asunto serio, un acto personalísimo y presencial, en la que no cabe hacerlo ni por escrito ni a distancia. Si a pesar de crear un serio problema jurídico y político, su candidatura saliese adelante se vería obligado a dirigir el gobierno por control remoto, vía skype. Felipe Gonzalez en recientes declaraciones sobre la intención de los separatistas de retorcer la norma para permitir que Puigdemont se postule, telemáticamente, para la presidencia, dijo que el hecho de que el reglamento del Parlament no lo prohíba expresamente, el sentido común si lo desaconseja. Por este mismo procedimiento podría acceder a la presidencia un elefante, pues el reglamento no menciona esta posibilidad y lógicamente al no considerarla no la prohíbe. Puigdemont aun sabiendo que la mayoría de sus correligionarios han renegado, ante el Tribunal Supremo, de la vía unilateral de independencia, sigue en sus trece. Parece que la cuestión esta planteada en los siguientes términos "o Puigdemont o nada".

"O Puigdemont o nada", recuerda que en la historia ha habido algunos casos de empecinamiento bajo esta divisa. Julio César (100-43 a c.) después de la guerra de las galias, encontrándose con sus legiones en la frontera de Italia, y ante la prohibición de cruzar el Rubicón, dijo a sus soldados que su propósito era llegar hasta Roma y que los que quisieran le podían acompañar, o no. Respondieron todos, al unísono, Aut Caersar Aut Nihil, ("O César o nada"). Llegaron a Roma y se inicio el fin de la Republica. César se postuló ante el Senado Inabsentia para ser designado Cónsul, lo consiguió y, se dio paso a la dictadura, fue nombrado Dictator Perpetuus. Terminó asesinado por sus colaboradores. Otro personaje histórico, ya durante el Renacimiento, que pensó que era insustituible, fué César Borgia (1.475-1507). Nacido en Roma, hijo del Papa Alejandro VI, Príncipe, Obispo de Pamplona, cardenal, Capitán General de los ejércitos pontificios tomó como divisa el Aut Caesar aut nihil de Julio César, lema que le acompaño en todas sus conquistas en las que recuperó algunos estados pontificios. Finalmente terminó sus días en Navarra, abandonado por todos. Otro obstinado fue Pedro de Luna (1328-1423), que durante el cisma de Aviñón se enfrentó a la Curia romana. Fue coronado Papa, como Benedicto XIII y terminó refugiado y abandonado en Peñíscola. Gil Sanchez Muñoz, mientras el cisma, fue elevado al pontificado como Clemente VIII, pero no pudo contra el poder de Roma, fue destituido y nombrado Obispo de Mallorca. Permanece enterrado en nuestra Catedral.

Puigdemont, sobre el que pesa una orden de detención del Tribunal Supremo, pretende gobernar a través de un pantalla de plasma. Esta ficción ya aburre a todos, dentro y fuera de España. El Finantial Times, el día 12 de enero, ha recreado, de la mano del periodista Henrry Mance, una hipotética conversación entre Puigdemont y Junqeras titulada The long Skype to freedom for Catalonia, ("El largo Skype hacia la libertad para Cataluña"), en tono satírico, risible, se burla de la situación creada y de la complicación de gobernar por este pretendido medio. Mal tema, el señor Puigdemont se podría exilar en Osetia del Sur, país que reconoce su forma de hacer política.

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